Capítulo 39

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Después de unos segundo decido separarme y limpio mis lágrimas pero ellas no dejan de salir. Me siento tan débil y tan desesperada.

-Papá, por favor dejame hacer el procedimiento, sé que será lo correcto para todos. -Suplico.

-Pídeme lo que quieras, menos eso, ¡No lo puedo permitir, entiendelo! ¿Qué dice Geoffrey de todo esto? ¿Está de acuerdo? Por que si es así te juro que lo mato. De seguro él te metió esta idea en la cabeza. ¡Claro, no quiere hacerse cargo de sus responsabilidades! -Se gira y camina de un lado a otro.

Choco mirada con Maddox y me ve con nerviosismo. ¿Será buena idea decirle que Royce no es el padre? No me gusta que involucre a Royce en esto cuando él no tiene ni la maldita idea.

-Jesthenne, te hice una pregunta. ¿Él está de acuerdo? -Me mira fijamente.

-No sabe nada. -Mi corazón se acelera al ver que saca su celular y empieza a buscar entre sus contactos. -¡¿Qué vas a hacer?!

-Habláremos con él ahora mismo y a ver que opina al respecto. -Deja de buscar y me señala. -Si él está de acuerdo con tigo, te juro que se va arrepentir de haber nacido.

-¡Alto ahí! -Mad le arrebata el celular a mi padre, lo cual me sorprende. -¡¿Enserio le vas a decir que será papá por medio de una llamada?! ¿Estás demente?

-Maddox, dame el celular en este instante, no me hagas enfadar. -Responde mi padre en un tono tranquilo pero con fastidio.

-¡No!

-¡MADDOX WESLEY, ENTREGAME ESE CELULAR AHORA MISMO, ES UNA ORDEN!

-Ferni, sabes que te aprecio como no te lo imaginas, eres mi Padre desde hace años, pero no te lo voy a entregar ¿En verdad vas a arruinar una noticia tan importante en la vida de un hombre? ¿Acaso Valeria te hizo lo mismo? -Mad se mete el celular a sus..partes privadas y mi padre hecha humo. ¡No puedo creer que hiciera eso!

Las ganas de vomitar llegan y esta vez sé que no llegaré a tiempo al escusado. Me muevo rápidamente de lado a lado de desesperación porque ya lo tengo en la boca, esto es asqueroso. Mi padre y Maddox se percatan. Mad empieza a gritar como loco y mi padre rápidamente, me pasa una canasta de cerámica que tenía como adorno en una vitrina. ¡No! ¡Esa la compré en India! Digo que no con la cabeza. Me reuso, no la dañaré.

-¡NO QUIERE! ¡FUE MUY COSTOSA! -Grita Mad, él me entiende.

-¡Jesthenne, por Dios!

Salgo corriendo. Esto es lo peor que me pudo haber pasado. Siento que no llegaré, así que tomo un florero, aviento las flores y me deshago de todo ahí. Lo bueno es que las flores son de fantasía y el florero no tiene valor comparado con la canasta.

-Ve por agua. -Escucho decir a mi padre y acaricia mi cabeza. La verdad no puedo ni levantar la vista, esto no se detiene. -¡Y alguna bandeja grande!

Me siento en el suelo sin despegarme del florero, hasta que llega Mad y me paso a la bandeja. ¿Esto es normal? No había vomitado tanto antes. Unos segundos mas tarde por fin termino, Mad me pasa el agua y me enjuago la boca.

-Estás demasiado pálida.

-Estoy bien, papá.

-Mad, dile a Sonia que se deshaga de esto. -Hace a un lado la bandeja y el florero. Mad hace una cara de asco y desaparece de nuestro campo de visión. Mi padre toca mi frente y mis mejillas. -Oh cariño, tienes temperatura, tengo que llevarte a un hospital, no vaya a ser que le haga daño al bebé.

Me siento tan débil como para oponerme y seguir peleando. Solo acepto con la cabeza y mi padre me toma en brazos.

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DOS CAMINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora