05. Felicidad.

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El viernes muere lentamente con el paso indiferente del tiempo y el sábado abraza aquel cadáver andante de este tambaleante día. Todo se viste de silencio, aunque a mi alrededor los demás gritan como prostitutas fingiendo algún orgasmo con tal de mantener la emoción de algún vil hombre cuyo ego es tan alto y cuyo amor es tan bajo. Los sonidos que producen sus bocas son chasquidos de bestias con el don de razonar, pero por algún motivo, no lo suelen usar. Los minutos transcurren, mientras sostengo el frío vaso del burbujeante líquido embriagante. Entretanto empiezo a entender que la vida está sobrevalorada y que nos creemos superiores a las demás especies, cuando somos simplemente polvo de estrellas al igual que cualquier otro ser vivo o muerto.

A mis inmediaciones, puedo percibir como los cuerpos de los demás se enlazan en una forma tan degradante del amor, donde no hay más que lujuria y perversión. A veces, no entiendo porque ocurren estás cosas, pues, somos a imagen y semejanza de Dios, según algunos ignorantes, cuya existencia envidio porque ellos son felices; y yo, un viajero del tiempo, condenado a morir, por desear vivir. A veces anhelo olvidar todo lo que sé. Creo que la información suele abrazar a tu razón y patear justo en los testículos a esa parte imbécil de ti a la que llamas felicidad.

Mientras bebo aquel frío líquido, mi cuerpo empieza a sentirse más libre, y el peso de la razón empieza a desvanecerse. Ahora entiendo que se necesita algún sedante para vivir, se necesita embriagarse para perder la noción de que tus días acabarán y así no ser miserable, ya que de alguna manera, todos usamos filtros para ser felices, pues, la felicidad es un estado inalcanzable de nuestra condición humana, por ende, los creyentes usan a Dios, los enamorados usan el amor, los pirómanos usan el fuego, los suicidas usan el sabor de su sangre al penetrar su piel con cuchillas, los ebrios usan alcohol, los infelices usan los estupefacientes, las mentes vacías usan cualquier tendencia absurda; y yo uso la razón para no ser feliz, pero sí, para aventurarme en el viaje sin retorno de la verdad. 

Relativamente bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora