11. Orgasmo emocional.

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Recuerdo la última vez que estuve con él. Sus manos eran frías, sus labios se tornaban morados, sus ojos perdían lentamente su precioso brillo, y el exquisito sabor de su piel se perfumaba de desesperación. Recuerdo que mis brazos recorrían todo su cuerpo, cada pequeña esquina de su templo me producía un nocivo placer ¡Oh, estaba demasiado sobresaltada!

Recuerdo que mis muñecas se aferraban a su cuello, entretanto sus cuerdas vocales se quebrantan, aumentando los niveles de mi complacencia, provocando que mis piernas se tambalearan de forma involuntaria. Tal fue mi deleite que me subí encima de su pelvis, en el tiempo que besaba su frente y de la forma más siniestra le sonreí, provocando que él intentara con sus últimos alientos tocarme, hacerme suya una vez más, pero lo que él nunca entendió era que nuestro amor tenía un gran precio. Esta era la más hermosa maldición, la forma más honesta de expresarme su devoción. Él debía demostrarme que su vida me pertenecía, que sería mío para siempre, y que yo debía ayudarlo a cruzar el sendero de este plano existencial, a ser un nuevo ser, convirtiéndolo en mi guardián astral.

Mientras él forcejeaba conmigo, yo le brinde mi firma en sus labios con un lento y detallado beso y con mi mano sujete un cuchillo usándolo como una llave que inserte a un costado de su nuca. Estando tan cerca de un orgasmo emocional, empecé a llorar y a decirle cuánto lo amaba, mientras la cama en la que estaba su cuerpo sujetado como una prisión, se convertía en su lugar de ascensión, en nuestra ceremonia de bodas, donde su sangre era mi vestido, el puñal nuestro anillo, y este último beso nuestra eterna unión.

Después de ello, debía purificar todo este maravilloso escenario, en el que se habían unido nuestras almas por siempre. Así que bañé todo el lugar en gasolina y al tomar la distancia considerable, con algunos intentos fallidos pude encender la chispa que al final consumió todo nuestro apartamento.

Ese es el último y más hermoso recuerdo que tengo de él. Sé que han transcurrido algunos años desde aquel entonces y aunque ahora estoy aprisionada en mi cuerpo mortal, solo quiero mencionar que falta poco para volver a estar con mi amado, y dejar a un lado toda esta mierda a la cual conocen por vida, una característica muy sobrevalorada por individuos que no la merecen, por criaturas que no reconocen el verdadero significado de nuestra existencia, sacrificar todo por amor, por el más puro y sincero amor.

Relativamente bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora