16. Una carta de navidad.

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Querido Papá Noel, San Nicolás, Sinterklaas, Krampus, Beffana, Reyes Magos, Niño Jesús o cualquier otra entidad gloriosa que en estos días brinde obsequios. Sé que es una tradición escribir una carta con las cosas que deseamos, con las cosas que anhelamos que nos brinden y es común que esto lo hagan niños en busca de juguetes o cualquier cosa que les propicie entretenimiento, como el ultimo IPhone o la nueva consola de Xbox. Por mi parte, es complicado porque ninguna de esas cosas las codicio, si bien, no dudo que no estarían mal en mi vida, no considero que en verdad me hagan feliz. Si representaran a simples mortales, las cosas que ansió les parecerían absurdas, pero para mí fortuna, como se supone que son criaturas celestes, aprovecho la oportunidad para pedirles lo siguiente: Primero que todo, quiero dar las gracias porque, aunque no tuve muchos lujos la navidad anterior, al menos pude tener un momento grato que por alguna jodida razón, hoy no tengo. En la navidad pasada, o bueno, en las navidades de hace unos años, recuerdo que estaba en familia, junto a mis padres, mi hermana, mis mascotas y algunos familiares más. Recapitulo que al ritmo de tradicionales canciones los adultos se divertían bailando, mientras yo jugaba con mis primos y mi hermana. Hoy, estoy solo, porque las cosas no son como antes y no es que me queje, es que todos han crecido y entre más responsables se vuelven, entre más nos acercamos a nuestros sueños de ser profesionales, de tener nuestro propio hogar, nos estamos perdiendo de lo que en realidad significaba navidad.

Segundo, quiero que el cielo este lleno de estrellas que puedan pasearse por mi ventana, y que me den el calor que solían darme los abrazos de mis abuelos, de aquellos que ahora se han ido para siempre de este mundo, y que extraño tanto.

Por último y no menos importante, pido y espero que, con el paso del tiempo, las cosas vayan mejorando, y no en el sentido solo socio-económico, me refiero al sentido familiar, porque estos valores se están perdiendo, y aunque mantengamos muy pero muy ocupados pensando en estupideces, estamos haciendo a un lado lo más importante que es el amor.

Bueno, una parte de mí sabe que nadie leerá esta carta, porque ustedes no son reales y porque hasta donde sé, solo se dan juguetes, mas no este tipo de cosas patéticas, que, aunque no tengan ningún tipo de atractivo para los demás, para mi representan los mejores días de mi vida. 

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