14. Todo cambia.

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Alguna vez alguien me dijo que todo tiene su precio, que ningún sistema es inexorable y que nada dura para siempre. En esa ocasión se trataba de un anciano de aliento pestilente que me topé en la sala de urgencias, el día que me accidenté. Minutos después de ese extraño suceso con el vejete, salí a fumar un cigarro porque tenía muchísimo frío, aunque de forma alucinante, ni la más mínima señal de dolor físico.

El dulce humo impregnado de nicotina se pasea por mis pulmones y a lo lejos percibía como un rostro familiar se acercaba a mí. Se trataba de mi persona favorita en el mundo, quién estando justo en frente mío empieza a gritarme, dándome algunas cachetadas y yo solo recibo su ira augurando por alguna razón que es quizá lo último que obtendré de ella. Sus lágrimas de furia y tristeza maquillan todo su rostro, mientras sus gritos se convierten en una melodía en la que me señala como el culpable de su dolor. Entretanto mi piel se rompe por cada golpe que recibo, aunque sin importar ello, sostengo la mirada firme con un aire de tristeza, desconcierto y decepción. Con el paso de los segundos, empieza a darme puñetazos en el pecho y a decirme cuanto me odia, aunque en sus ojos percibo como es solo amor disfrazado de rabia, al menos eso quiero creer. Cada golpe no solo destroza mi cuerpo sino también mi corazón, cada grito no solo perturba mis oídos sino también mi alma y cada lágrima que cae de sus ojos es una gota de sangre que pudre mis entrañas. Al cabo de unos minutos, ella solo cierra sus ojos y se aleja rápidamente. Las instancias transcurren en total silencio, en el tiempo que su silueta desaparece lentamente en el horizonte. Por un momento permanezco absorto, pero entonces mi cuerpo empieza a tambalearse, causando que yo corriese tras ella. Aunque fui lo más rápido que pude, parecía inútil porque solo se sentía como se iba para siempre de mi lado. La impotencia me invadió, y me derrumbe desconsolado, bañándome en aullidos de odio así mí mismo.

¿Cómo llegamos a este punto? ¿Cómo alguien que en algún tiempo juro estar siempre contigo, ahora se marcha sin retorno alguno? Al parecer todo cambia cuando menos se está preparado, al parecer soy el culpable de este cambio insensato que no tiene sentido alguno, pero si el mayor de los precios.

Al intentar ponerme de pie no siento mi cuerpo, ni siquiera puedo percibir algún rastro de luz con mis ojos, todo se ha vuelto oscuro, solo siento que soy una solitaria voz vagando en un espacio vacío y temiendo lo peor me preguntó, ¿Acaso estoy muerto? 

Relativamente bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora