Capítulo 9

515 69 71
                                    

CAPÍTULO 9




Sí, quizás mi apartamento hubiese regresado en ese momento, pero prefería mil veces una noche más en el departamento de Ben que todo un año en una mansión llena de gente que trabajara para mí. De todas formas, era más agradable estar con él y a decir verdad, me gustaba mucho poder pasar el mayor tiempo posible a su lado.

Cuando recibí la llave en la recepción, me aseguré de guardarla bien para no volver a perderla, aunque no sería una mala idea en ese momento, tal vez de esa forma, tendría una excusa para pasar más tiempo con Ben en su departamento, sin embargo, eso sería demasiado comprometedor, así cualquiera pensaría que en verdad me interesa de la forma en que a un hombre no le puede interesar otro.

Pero, a la mierda, los tiempos han cambiado, la felicidad va primero ¿no? Y si mi felicidad es otro hombre ¿quién me lo puede impedir?

Cada vez que veo su rostro, mágicamente el día se me completa, con sólo verlo sonreír olvido en totalidad que estoy pasando por un momento crítico con mi familia, se me olvidan los problemas y sólo me interesa una cosa: Ben. Sin embargo, ése es también lo que quizás marca mi verdugo, cada que estoy con él es como si se volviera mucho más difícil concentrarme y contenerme, pero lo resisto, debo recordar la regla que me puse desde que me enteré de lo que sentía por Ben: mantenerme al margen de aquella delgada línea que me había trazado.

— ¿Por qué mejor no vamos a tu departamento? —preguntó Ben de pronto. Lo miré con rareza y esa preciosa sonrisa estaba dibujada en su rostro.

—Bueno... no sé qué tendría de especial —sin contar con que probablemente estaba vuelto un chiquero—. Pero si tú quieres te puedo invitar a comer algo. Es un truco que mamá me enseñó hace algún tiempo, eso sí, primero vas a tener que ayudarme a limpiar.

Soltó una pequeña carcajada mientras pasaba su mano detrás de mí cuello —De acuerdo, siempre y cuando lo que me vayas a dar de comer sea algo rico —me guiñó un ojo y sentí que mis mejillas ardieron como si tuvieran una plancha encima.

El ascensor se detuvo en el piso número cinco. Justo en ese momento, la chica con la que Ben se había detenido hablar el día en que olvidé mis llaves, apareció frente a nosotros saliendo de su departamento. Vestía ropa suelta y escotada, además una falda de ocho centímetros arriba de la rodilla pero que —sin negarlo— la hacía ver bien. Una blusa holgada y de tirantes sumando su cabello largo y sedoso de color dorado terminaban de dar un aspecto de belleza mujeril deslumbrante.

Giré la cabeza con disímulo para observar qué expresión ponía Ben al verla, pensé que quizás tendría la boca abierta o estaría chorreando baba, pero para mi sorpresa, su rostro estaba tan fresco como una lechuga. Sentí alivio hasta que lo vi dar un paso al frente.

¿Por qué demonios me ilusiono de esa forma?

La chica también dio un paso al frente, yo simplemente continué mi camino directo a mi departamento sin prestar mayor atención a lo que se quedaban hablando. De todos formas no me interesaba ni tampoco quería saber de qué hablarían ambos, de todas formas, ¿había razón para que me interesara?

Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora