Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔

Capítulo 16

CAPÍTULO 16

Una vez estaba hablando con unos compañeros sobre una profesora en Seattle. Estábamos en primaria pero a esa edad conocíamos bastante sobre el mundo incluso cuando nuestros padres no nos habían hablado sobre ello. Después de todo, mis compañeros y yo teníamos una vida similar, criados prácticamente por niñeras que cambiaban a cada momento.

Recuerdo que ese día estábamos escondidos en nuestro lugar favorito. Supuestamente "allí no iba nadie por qué no lo conocía" pero ese día quizás esa confianza que teníamos en ese lugar se echó a perder totalmente.

Recuerdo que odiaba con todo el odio que mi alma guardaba en ese tiempo a esa profesora. Era fastidiosa, seria, creída, fea, vieja y sobre todo gruñona. Se llamaba Lucia Fernanda, pero de cariño le decíamos Lucifer. Justo ese día nos había reprobado un examen la muy perra esa y entre mis compañeros estábamos discutiendo sobre ello.

«Esa Lucifer como siempre nos tiene en salsita» recuerdo la voz de Arturo en mi cabeza como si hubiese pasado ayer.

«No puedo creer que me haya reprobado el examen. Se lo diré a mamá cuando venga» estuve a punto de decirle a Jason que entonces no lograría decírselo nunca a su madre, pero ¿quién era yo para destruir sus esperanzas?

De los tres, el más boqui-sucio era yo: «Mal parida esa Lucifer por un puto examen de matemáticas. Tras de que voy reprobando la materia me encima esa, no me vea la cara de culo. ¡Eh! ¡Pero es que mato a esa perra hija de puta!»

Dije quizás todos los insultos conocidos en el mundo y a mi edad (11) quizás no era muy bien visto que un chico "de la alta sociedad" mencionara palabrotas tan bajas y fuertes. En fin, no me había dado cuenta de que Lucifer estaba detrás de mí y había escuchado todo aquello que tenía para decirle.

No sabía en qué terminarían las cosas después, pero lo que viví ese día lo estaba repitiendo justo en este momento.

Había mencionado las palabras Ben te amo sin darme cuenta que el micrófono estaba demasiado cerca de mi boca —lo suficiente para que se escuchara claramente en todos los parlantes—. No había recordado soltar el micrófono o al menos haberlo apagado cuando las palabras salieron de mi boca.

Estaba a punto de querer ser tragado por la tierra o quizás huir corriendo de allí, pero las ansias de saber qué pasaría después de estas palabras me obligaban a quedarme de pie allí como si tuviera pegamento en los zapatos.

Recuerdo que el día de lo que pasó con la profesora toda fue de mal en peor. Hubo citación a los padres, nota en el observador de fallas y se involucró con una falta gravísima en el manual de convivencia, lo que llevó a ser expulsado irrevocablemente del colegio. Fue así como me separé de mis amigos Jason y Arturo.

Lo único que esperaba hoy Lunes era que las cosas no terminaran similares a la primera vez y terminara separándome de Ben por siempre.