Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔

Capítulo 46

CAPÍTULO 46

El silencio reinaba esa mañana, a pesar de que la noche anterior habíamos estado despiertos hasta la madrugada, no tenía más ganas de dormir cuando la luz del sol ya entraba por la ventana del departamento. Me bajé de la cama, observé a Ben tirado sobre ella sin camisa y con el pantalón que traía puesto la noche anterior. Parecía un ángel durmiendo, tanto así que me permití dibujar una grata sonrisa al recordar que este tipo era mi novio.

Miré hacia la sala, había varias sábanas sobre el piso cubriendo el cuerpo de Grayson, Blake y Christian. Estaban dormidos de una forma que parecían estar cómodos. Christina, en cambio, dormía plácidamente en el sofá, el cual se había permitido reservar para ella. Justo en la parte de abajo dormía Sam. El resto del equipo dormía en el departamento de Alex.

Caminé hasta la cocina tratando de producir el menor ruido posible para no despertarlo.

Me preparé un café bien cargado y me lo fui a beber al lugar más tranquilo e inspirador que conocía de todo el departamento de Ben.

El balcón.

Me detuve contra el borde y observé la ciudad silenciosa de esa mañana. Comparada a cuando está a medio día, esto es un simple pueblo, silencioso. Mientras que después de las 12 ya parece plaza de mercado.

Muy poca gente se veía por ahí, algunas caminando al trabajo, o bien yendo con prisa a algún lugar. Otros, en cambio salen a trotar un rato, a pasear sus mascotas o simplemente a que vayan al baño después de una larga noche. Me pregunté qué tan felices eran esas personas y si se sentían dichosos de tener una persona especial al lado de ellos de la misma manera en que yo me siento cuando tengo a Ben cerca.

—Buenos días —comentó alguien detrás de mí. Llegando con una taza de café negro entre las manos y adornada por cabellos rubios, Christina estaba ahí acercándose con una sonrisa.

—Hola —le sonreí volviendo mi atención nuevamente a la ciudad.

— ¿Qué tal amaneciste? —preguntó ella recordándose al borde del balcón.

—Pues teniendo en cuenta que no bebí demasiado, pues no amanecí tan mal. Tú debes estar excelente, de todas formas no bebiste ni una sola gota de alcohol.

—No puedo, si mi abuela se enterara le diría a mi madre y tendría que regresar a Texas y no quiero. Me gusta este lugar, Phoenix es todo lo que una chica como yo necesita —sonrió.

— ¿Una chica como tú?

—Soy fotógrafa. —Dijo con confianza—. Me encanta capturar las imágenes del mundo cotidiano, de la dulzura del mundo y también de la oscuridad que oculta. Realmente me encanta observar todo en el mundo y capturarlo —suspiró—. No sabes cuánto me gustaría fotografiarte a ti y a Ben.