CAPÍTULO 26
— ¿Estás consciente de lo que estás diciendo, Tomas? —me preguntó Sam abriendo los ojos como platos mientras se cruzaba de brazos.
No estaba seguro completamente, pero quería aparentarlo —Sí —dije firmemente mientras pasaba por un lado de ella después de haber cerrado la puerta.
—Pero estás renunciando al amor de tu vida.
—No es el amor de mi vida —dije mientras me giraba y caminaba de espaldas—. Ni siquiera le gusto, me golpeó y no me trata bien ahora que lo sabe ¿qué no es suficiente para darme cuenta que me estoy lastimando a mí mismo?
Volví a mirar al frente caminando en dirección a la cocina. Christian aún estaba en el sofá escuchando la conversación que tenía con Sam.
—Pero creo que está arrepentido —dijo ella tratando de hacerme entender—. ¿Por qué no tratas de hablar con él?
Negué con la cabeza —Hoy intenté hacerlo y mira cómo terminó —dije en voz baja recordando el golpe. Mi mejilla incluso aún sentía su puño golpearla—. Si sobrevivo a una segunda vez es un milagro.
—Debes entenderlo...
— ¿Qué? ¿Qué le doy asco? —El silencio prevaleció y entonces me tiré sobre el sofá boca abajo justo al lado de Christian—. Ni siquiera mis padres me dijeron alguna vez algo tan doloroso —dije después de haber corrido un poco el rostro.
Y sí, mis padres jamás llegaron a decir frases dolientes, ni siquiera "Estoy tan decepcionado" o al menos "No sirves para nada" porque de todas formas ellos no se mantenían mucho en casa. Francamente no había mucho que esperar de ellos cuando me prestan tan poca atención.
—No, Tomas, Ben sólo dijo eso por un arrebato que tuvo, nada más. A todos nos pasa en algún momento, lo sabes —Sam tenía razón.
Pero aun así no había razón concreta para que me hubiese golpeado, si no quería hablar conmigo simplemente me hubiera ignorado. Aunque, ahora que lo pienso, fui yo el que insistió para que me dejara explicarle.
Sentí una mano acariciar mi cabello gentilmente y deduje enseguida que era Christian. Cerré los ojos mientras pensaba en tantas cosas que terminaban confundiéndome todavía más. Ben era confuso, demasiado a decir verdad y aunque fuera difícil de creer, eso me afectaba demasiado. Su indecisión y todo eso me confundía demasiado y no sabía qué parte de él era la verdadera y cuál la falsa.
—Como sea, le hables o no, debes saber que en este momento, muy seguramente él ha de estar sintiéndose como la mierda por lo que hizo. Te lo puedo asegurar, Tomas —y con esas palabras Sam salió de mi departamento.
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Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔
Fiksi RemajaPublicado en físico en Amazon y en formato electrónico para Kindle (más información en la primera parte del contenido) "Las maricas no juegan fútbol" Tomas tenía una vida digamos que perfecta, sin embargo, las situaciones en el amor no eran su fuert...