CAPÍTULO 17
— ¡Goooooooooool....! —se escuchó la voz del locutor resonar en todo el estadio en que estábamos jugando.
Sam había hecho su más grande esfuerzo pero no podía hacerse de más centímetros en menos de diez minutos. Mis esperanzas de que lo hiciera bien no desaparecieron y aunque tal vez los demás ya haya tirado la toalla, quizás yo no lo haré. Y quizás Ben tampoco.
Podía ver la cara de Sam desde donde estaba, esa expresión de desilusión y desdicha en su rostro era tan evidente como que estábamos perdiendo el partido en su mitad. Pero en este momento ¿qué podría decirle para que se sintiera mejor?
Ella se había ofrecido como voluntaria para hacer de guardameta del equipo, pero ahora creo que se arrepiente de esa decisión.
— ¡Y la primera parte de este partido culmina! Ahora los jugadores se dirigirán a los vestidores. Pero esto apenas empieza, hemos visto increíbles jugadas y estrategias bastante prometedoras, pero nada está decidido todavía —la voz del locutor era como un murmullo para la pena que estaba sintiendo por Sam en ese momento. Decidido caminé hacia ella y la ayudé a poner de pie.
Sus ojos vieron hacia atrás y contempló el balón tras la línea blanca que marcaba un punto a favor del otro equipo. Lágrimas se formaron en sus ojos mientras negaba con la cabeza incapaz de creer que esto había sucedido.
—Hey, tranquila —le dije—. Todos tenemos un mal momento en cualquier día, pero nosotros mismos nos encargamos de hacerlo cambiar —le dije mientras recordaba aquella vez de nuestro primer partido. El que perdimos y por el que ahora estábamos en esta situación y de cómo mejoró después de que conocí a Ben Izzon.
Sus ojos seguían fijos al suelo y sabía la razón. No tenía cómo ni cara para presentarse ante los chicos después de lo que le acababa de suceder. Había dicho que no nos arrepentiríamos y miren lo que estaba pasando en este momento, sin duda, no sólo sentía defraudarse a ella misma, sino también a los demás del equipo.
—No debería estar aquí —dijo en voz baja—. ¿Sabes qué? Creo que debería irme —empezó a quitarse los guantes—. Ellos tenían razón, no pertenezco aquí, soy un estorbo nada más.
La miré con el ceño fruncido mientras se marchaba cabizbaja — ¿Así de fácil tiras la toalla? —le pregunté antes de que se marchara—. Cuando te conocí creí que eras de las chicas que no se daban por vencidas ante cualquier cosa. Pensé que quizás tú serías diferente al resto de las demás, más determinante y decidida. ¿Por qué renuncias? Está bien que nos caigamos unas cuantas veces pero hay que aprender a levantarse también y dar un nuevo intento.
Se quedó de pie en silencio. Esperé una respuesta pero en cambio la vi continuar caminando.
—Yo confío en ti —le dije y eso la volvió a detener.
Giró la cabeza con sigilo y me miró — ¿Por qué? —preguntó con una mueca en el rostro.
—Porque yo sé que tú también confías en mí. Además, eres mi amiga —le dije con una sonrisa. Ella se giró y me miró había una expresión dolorosa en su cara—. Anda, por qué no terminamos esto juntos, como amigos.
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Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔
Novela JuvenilPublicado en físico en Amazon y en formato electrónico para Kindle (más información en la primera parte del contenido) "Las maricas no juegan fútbol" Tomas tenía una vida digamos que perfecta, sin embargo, las situaciones en el amor no eran su fuert...