Capítulo 40

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CAPÍTULO 40










Mis ojos pesaban demasiado. Trataba de abrirlos pero parecía que los tuviese pegados con una especie de pegamento especial que servía como sellador o soldadura. Poco a poco mi campo de visión se fue aclarando un poco con la luz de la mañana que entraba por la ventana de nuestra cama, digo "nuestra" porque ahora no vivía sólo, o al menos no lo estaba, de hecho, Ben dormía conmigo.

Después del incidente con Bryan, Ben me había propuesto vivir con él y no me había negado, de todas maneras, no había razón para hacerlo. Dictaron una tutela de alejamiento contra Bryan, ya no podíamos estar cerca de mí, debía mantenerse 5 metros a distancia, de lo contrario podía demandarlo.

Ben y Christina me habían acompañado a realizar dicha acción, cambiando totalmente la historia para que no pasara a mayores, en vez de atestiguar intento de abuso a un menor —teniendo en cuenta que eso también le traería problemas judiciales a mis padres—, atestigüé que Bryan no me daba mi espacio y que en varias ocasiones se había querido acercar a la fuerza.

Esto cambió totalmente el rumbo de las consecuencias, pero estoy seguro de que el chico ése no tendrá motivos para querer acercarse a mí nuevamente.

Abrí los ojos finalmente y me senté sobre la cama, la sábana que traía puesta se deslizó por mi torso dejando al descubierto mi desnudes de la parte superior. Ben no estaba en la cama, lo busqué con la mirada y lo encontré más allá sentado en una silla que había puesto al revés para recostar sus brazos y posteriormente su barbilla en el espaldar. Sus ojos verdes me observaban con detenimiento mientras su torso desnudo se flexionaba con dulzura.

Me pareció extraño su expresión tan seria, o al menos la que tenía en ese momento. Además de que me estaba mirando de una manera extraña.

— ¿Qué pasa? —pregunté un tanto confundido mientras fruncía el ceño.

Guardó silencio mientras continuaba mirándome con detenimiento. Parpadeó y rodó su labio inferior dentro de su boca, posteriormente una palabra salió de su boca —Perdóname.

Casi uní las cejas en una sola sin poder entender a qué se refería — ¿Qué quieres decir? ¿Qué pasa?

Ben se levantó de la silla, contuve la respiración cuando vi su torso atlético desnudo frente a mí, el mío también estaba en muy buena forma, pero el suyo evidentemente me dejaba sin aliento.

Subió sus largas piernas a la cama, cruzó los pies y se sentó en la cama como indio, me miró fijamente. Mis puños estaban sobre mis rodillas, apretándose por el miedo a lo que pudiese estar pasando. Ben acercó sus manos a las mías, las acarició para después apretarlas con fuerza, se agachó frente a mí con la cabeza pegada a mis pies.

— ¡Perdóname por ser tan idiota! —gritó con fuerza. Traté de quitar mis manos de las suyas para acariciarlo, pero era inútil.

—Ben... —empecé a sentir humedad en mis pies, justo bajo la parte en que Ben tenía su rostro. Me di cuenta entonces de que estaba llorando. Agaché el rostro poniendo mi cabeza sobre la suya—. Ya te había dicho que te perdonaba —aseguré tratando de tranquilizarlo.

—De todas maneras, no puedo evitar no sentirme mal por lo que te hice —dijo con visible dolor. Sus palabras estaban rotas y la manera en que lloraba era desconsolada.

Como pude me las arreglé para que mis manos tomaran las suyas, apreté con fuerza sus manos —Ben, ya te lo dije. No guardo rencor porque de todas formas sabes que te amo, no hay razón para que te sientas mal. Tu eres lo mejor que me ha podido pasar en la vida, por favor, ya no te mortifiques, te amo y eso ni yo, ni nadie, va a cambiarlo.

Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora