Capitulo 32: Una nueva etapa

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―¿Que intentas hacer? ―Preguntó ella cuando él se acercó a ella a decirle esa última oración.

―Nada. Solo quiero ayudarte y apoyarte. Puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que quieras.

―La verdad no se―Dijo ella preocupada. Pero fue lo último que pudo decir, sintió como su cuerpo cayó al piso y todo se puso borroso, hasta que no vio nada más. Cuando ella despertó, Gabriel aún estaba con ella, en un hospital.

―¿Que me paso? ―Dijo ella levantándose levemente.


―Te desmayaste. El doctor dice que es por estrés. ―Dijo el con tono decepcionante y cortante.

―¿Te pasa algo? ―Pregunto ella, pero el doctor entro con una sonrisa en su rostro.


―Que bueno verla despierta! ―Dijo el doctor. ―Estuve por mucho tiempo esperando que despertare, tengo algo importante muy importante que contarle.

―¿Me pasa algo muy malo doctor? ―Preguntó ella preocupada y mirando a Gabriel.


―No. Estas embarazada de 3 semanas. ―Dijo el sonriéndole, pero para ella no era una muy buena noticia. Despues de esto, él se retiró.

―¿Que piensas hacer ahora? ―Preguntó Gabriel. ―Como pudiste ser tan tonta para embarazarte de Hyun? Cuando su madre se entere, no dejara que ese bebe nazca.


―No sé que pudo haber pasado. ―Dijo ella preocupada nuevamente―Nosotros tomamos precauciones.

―El problema empezó desde que decidiste entregártele. ―Dijo el en forma de reproche.

―Agradezco tu preocupación, pero no me cuestiones a quien le doy mi cuerpo. ―Dijo ella.

―Has tenido alguna otra pareja sexual? ―Preguntó el.

―En el pasado tuve, pero este embarazo es de Hyun Joong. ―Dijo ella acostándose. ―Podrías dejarme sola por un rato? Necesito pensar―Dijo ella mirándolo y luego le sonrió tristemente.

―Está bien. ―Dijo él. ―Iré a casa. Me llamas si necesitas algo. Por favor, no te vayas a escapar. Volveré en la noche―Dijo el advirtiéndole. Le dio un beso en la mejilla y luego salió.

Por otro lado, Hyun se había sentado en la habitación, y aunque no sabía por dónde empezar a preguntarle las cosas que habían pasado a Sophie. Ella preparó dos tazas de chocolate café, cuando se sentó, su rostro se veía pálido y perdido, estaba tan perdida como él. ¿Por dónde empezar? Sabían que las cosas nunca volverían a ser igual, y que ese lugar ya no le pertenecía en su corazón. Movió la tasa hacia un lado y se acomodó en la silla.

Octubre 5, 2007:

―Hyun, ¿que haces aquí todavía? Nuestros padres nos castigaran si sigues escondiéndote en este lugar todas las noches. ―Dijo Sophie sentándose en la tierra, debajo de un árbol.


―Necesito un lugar donde poner en lugar mis sentimientos. ―Dijo él. ― Últimamente mi corazón se exalta y late fuerte cuando se acerca a mí.

―¿Quien? ―Dijo ella agarrando dos cerezas del árbol. Le dio una y el sostuvo su ligero cuerpo lentamente. Mirandola a los ojos.


―Es una chica dulce y cálida que siempre estuvo conmigo. ―Dijo el mirándola. ―Es difícil describirla, es la estrella que más alumbra mis noches... Y un sol, que sale en las peores tormentas, con la luz más brillante y cálida.

―Al parecer es una gran chica. ―Dijo ella mirándose los pies descalzos. Estaba toda llena de tierra, con un vestido sucio, al igual que él. Ella sonrió al ver como se encontraban, pero era algo que compartían cada noche. Pues eran vecinos.

Cada noche iban al mismo árbol de cerezos a conversar sobre la vida o sobre cosas que les pasaba. Sabían que eran solo dos jóvenes, cuyas almas aún se encontraban perdidas. El no dijo nada más y ella le sonrió, su rostro, lleno de pecas y despreocupado; al contrario de él, que siempre tenía un aspecto duro indiferente y vacío. Ella le agarro las manos, cuyas eran suaves y lindas. Siempre pensó que eran más lindas que las de ellas. Tomó su mano y junto a la de ella apuntaron hacia arriba, donde el más inmenso universo sostenía miles de estrellas. Entre ellas, había una grande que brillaba más que las demás.

―¿Esa es ella? ―Preguntó Sophie.


―Si. Esta aquí, junto a mí. ―Dijo él y la miro, soltándole la mano. Y la besó, a ella le tomó por sorpresa, pero le gustó... si, su primer beso y su primer amor.

De repente, la mama de Hyun salió de la nada y se lo llevo arrastras a la casa. Ella solo sonrió, porque todas las noches que se escapaba, su mama lo buscaba; en el mismo lugar. Cuando él se fue, ella decidió quedarse por un tiempo más admirando las estrellas, felizmente se recostó sobre el suelo lleno de tierra, con su gran melena larga. Pero de repente, alguien la sacudió y la agarro. Trato de soltarse, pero era imposible. No supo más nada, ya que la habían dormido anestésicamente.

Se le escapo una lagrima a Sophie, pero sabía que tenía que seguir.

―Cuando me dejaste sola, aquel día...―Dijo ella moviendo la taza en movimientos circulares e intensos. ―Me secuestraron ese día. El trago fuertemente y su rostro inundaba dolor.

―Me hicieron muchas cosas horribles por 6 meses. Hasta que me dejaron abandonada en un bosque...―Dijo ella. ―Donde encontré a un señor, de mayor edad que me ayudo durante los años que no estuve. ―Dijo ella sollozando. ―Ahí crecí y me prometí que jamás volvería. En ese momento mis padres no me importaban, pero tu; jamás saliste de mis pensamientos.

―Perdoname. ―Dijo el dolido. ―Si no te hubiera dejado sola esa noche, nada de eso hubiera pasado.

―No es tu culpa, fue culpa de esas personas...mis verdugos. ―Dijo ella conmocionada. ―Ahora estamos juntos de nuevo, aunque llegué demasiado tarde. Yo sé que amas a la chica que estaba contigo, se notaba como la mirabas... pero pensé que podíamos volver a aquellos tiempos, aunque en mi interior siempre supe que no iba a ser así. ―Fue lo último que dijo, dejando caer la taza al piso. Se limpió las lágrimas y le dio esa sonrisa cálida que al siempre le había gustado.

Mi Mariposa (Kim Hyung Jung y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora