2Faced

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El público lo aclamaba, lloraban por verlo salir, querían impregnarse de su imagen en sus retinas... Pero el escenario seguía a oscuras, iluminado por la tenue luz de la Luna, no se oía nada salvo el clamor del público.

Una espesa niebla empezó a surgir de los laterales del escenario, la gente guardó silencio. La tensión era presente. Un "bzzzzzz" suave, desperdigaba la niebla en todas direcciones.

Entre la bruma, una figura se recortó, luego otra, y luego otra. La gente contenía la respiración sin darse cuenta.

Tres focos: tres figuras encapuchadas de blanco. Un grito de emoción crecía en el interior de cada espectador, y cuando un cuarto foco se encendió revelando la figura de 2Faced no pudieron aguantar. El ruido era ensordecedor. Al unísono, unidos por un sentimiento único, comenzaron a corear el nombre del último y más importante integrante de la banda: "¡2Faced! ¡2Faced! ¡2Faced!".

Las tres primeras figuras que se habían encontrado de espaldas hasta el momento se giraron, revelando sus rostros cubiertos por las máscaras tan características del grupo: máscaras blancas con ojos en forma de media luna. Eran máscaras escuetas, sin ningún detalle más, tan siquiera bocas.

Otro rugido de excitación por parte del público. No se sabían sus nombres, nadie los sabía, no podían gritarlos. Sólo conocían a 2Faced. Muchos fans dudaban que los integrantes de la banda fueran los mismos en cada concierto. Había pequeños indicios: algunos centímetros de diferencia, posturas, gestos... sin embargo, nada había sido confirmado o desmentido. Las mentes de los fans podían vagar y divagar a sus anchas.

Y por último, ante la cúspide de excitación del público, se giró 2Faced.

Era un ¿hombre? alto, muy alto para la media. A diferencia de los otros integrantes de la banda, 2Faced llevaba una máscara blanca con ojos de media luna y boca, formando una sonrisa, una máscara más parecida al prosopon griego. En su cabeza, un sombrero de copa alta se erguía con elegancia. En la espalda no lucía una capucha, sino una capa negra que arrastraba por el escenario.

2Faced levantó los brazos, formando una Y con ellos. Silencio. Tomó el micrófono entre sus manos y dijo con una voz clara y concisa:

- ¡Buenas noches, amado público!

Otro rugido surgió de las entrañas de los espectadores.

- ¡Hoy la Luna nos deleita con una iluminación magnífica! - sonrió bajo la máscara - Así que paraos a observarla por un instante, la vida es breve, apreciad estos detalles.

Todas las cabezas se alzaron, haciendo que las pupilas se encogieran rápidamente, adaptándose a la luz que les llegaba directamente. Como un hechizo, nadie podía dejar de admirar el cielo nocturno.

Alguien se atragantó, se escuchó un gorgoteo acompañado por algo parecido a un gemido.

Un lametón cargado de lujuria.

Un acorde reverberó en todas direcciones, el hechizo se rompió. Una especie de mantra lo siguió: iban a abrir el concierto con uno de sus temas más famosos "Dulcis Dolorem".

2Faced entonó una melodía suave como la seda. Todos los presentes miraron expectantes el escenario, la mayoría de ellos con el vello erizado.

Una melodía vocal cadenciosa, acompañada por ritmos suaves de batería, bajo y guitarra.

El público agitaba la cabeza inconscientemente haciendo "headbanging".

Los agudos se acentuaron, llegando a notas imposibles. La gente se mecía como el viento, conjurados.

De repente, la batería aceleró el ritmo, el guitarrista tomó protagonismo realizando un sólo imposible.

Un grito de asombro colectivo.

Las notas corrían por todo el mástil, no se le veían los dedos. El batería tampoco se quedaba atrás, había entrado en un frenesí imparable.

Y cuando el clímax estaba por llegar: silencio.

2Faced acarició el micrófono como si fuera una frágil figura de porcelana, tomó aire en sus pulmones y profirió el grito más desgarrador que escucharían en sus vidas.

Silencio otra vez. Un ritmo denso, pesado, capaz de doblar el metal... era heavy metal.

La gente se agitó, empezó a saltar, empujarse... No podían estar quietos, les hervía la sangre.

El ritmo se acentuó. Los presentes en primera fila empezaron a darse de cabezazos contra las barreras de metal. Sangraban, caían y eran sustituidos por los de la segunda fila, que no podían resistirse a reventarse las cabezas contra el frío acero de las barreras.

El olor a hierro impregnaba el escenario. 2Faced sonreía.

El ritmo se volvió aún más pesado y 2Faced se rió con todas sus fuerzas. La máscara se tornó negra como la obsidiana. De los ojos en forma de media luna caían gotas de sangre.

2Faced saltó del escenario y empezó a empujar a la gente. Ellos respondían empujándose aún más fuerte, escalando a puñetazos. Todos querían estar a lado de 2Faced.

Mordían, arrancaban pedazos de carne.

La canción seguía.

Los cuerpos se amontonaban en el suelo formando una montaña, y en la cima de ella se encontraba 2Faced.

La primera canción había acabado, más de la mitad del público había muerto.

Sin interrupción, el segundo tema dio comienzo.

Había una Luna preciosa, y 2Faced lo sabía.



Terror a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora