Necrosis de la muerte

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¿No comprendes la futilidad del tiempo, la vanidad de tus acciones? ¿Por qué malgastar esos preciosos segundos cuándo podríamos estar perdiéndonos en los ojos de uno y otro?

Tus palabras ponzoñosas no hieren un corazón que ha dejado de latir, que ha dejado de sentir la razón que lo mantiene atado a este mundo.

¿Qué es el amor sino una atadura? Una atadura que te consume y se convierte en desprecio, cansancio, desdén...

¿Por qué no volar libre? Mi vida es finita después de todo. Disfrutemos de los placeres de la carne, de las risas, del ocio. Nada más importa en este mundo sin meta.

Me gustaría cogerte de la mano y que olvidáramos el pasado, presente y futuro.  Sólo tú, yo y nuestros labios.

Porque no siendo así es como pierdo las ganas de sentir y crecen mis ansias de convertirme en una substancia gris insulsa, ¿qué marcaría la diferencia? Ya te respondo yo: nada.

Y siguiendo mis líneas de razonamiento, llego a una conclusión que pararía todos los desavenimientos: inculquemos las conciencia del tiempo.

Nadie habla de la muerte en las escuelas, nadie habla del envejecimiento como algo plausible. Parecen historias que no nos afectan, cuando no es verdad, todos moriremos, eso es lo cierto. Pero no hay razón para estar triste, la vida es un viaje único.

No malgastaríamos saliva en insultos, no propinaríamos golpes injustificados, todos haríamos lo que deseamos.  Porque negar la realidad como lo hacemos actualmente sólo lleva a una distopía sin sentido.

Disfrutemos de los pequeños placeres y olvidémonos de las chorradas, seamos conscientes de la muerte y disfrutemos de la vida como si nada importara.




Terror a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora