Diario de un explorador intrépido

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¡Buenos días lectores! Os preguntaréis por qué narices tardo tanto en actualizar el libro... Bien, hoy vengo a hablaros con la máscara de Darkfear a un lado.

En primer lugar, tal vez lo haya dicho anteriormente, me encuentro en mi último año de carrera universitaria. Ya de por sí es duro pero, en estas fechas, aún más ya que es la recta final (me queda una semana como mucho). Y os rascaréis la barbilla pensando "¿En qué narices invertirá su tiempo?". Pues principalmente en acabar el proyecto final de carrera, el cual es un juego de realidad virtual para móvil. Uoooh, qué guay. Sí, pero conlleva muchísimo tiempo y esfuerzo, de ahí a que a duras penas trabaje y duerma durante todo el día, como un ciclo sin fin.

Por otro lado tenía la ansiedad social de "Oh mierda, estoy a punto de acabar la carrera y voy directo al paro como no me apunte a una formación superior". Pero... ¡ta-chan! Por azares del destino y de la forma que menos me esperaba, he conseguido trabajo. ¿Queréis oír cómo? Bueno, ¿por qué no?

Todo empieza hará cosa de 1 año atrás, dónde empiezo a ser consciente del barranco en el cual puedo acabar como no haga nada. Aún teniendo esa ansiedad latente, priorizo los estudios universitarios porque pienso que es lo mejor (y así fue).

Pasa el tiempo, medio año aproximadamente, y un compañero de clase me avisa de que ha conseguido un puesto en una empresa y que puede conseguir trabajo a más gente. Me intereso por ello, hasta tal punto que llego a hablar con la jefa de personal y me hace una oferta formal de trabajo. Ya desde un principio no tenía muy buenas vibraciones al respecto, y los horarios que me planteaban en conjunto con el salario que cobraría me tiraban para atrás. Aún así, iba a aceptar el trabajo porque el dinero nunca viene mal, y la vida no es barata.

En fin, hubo más llamadas, bla, bla, bla y... no tuve el puesto después de quebraderos de cabeza y cantidades astronómicas de estrés.

Seguí focalizando mis esfuerzos en acabar todas las asignaturas sin ningún contratiempo. Luego fue cuando descubrí una aplicación para el móvil dónde conseguir trabajo, y un nuevo mundo se abrió para mí.

Pulí mi currículum y me lancé a varias ofertas que no me disgustaban. Como se dice en inglés, long story short, fui rechazado en varias ofertas, medio aceptado en una de la cual nunca obtuve respuesta e ignorado por otras más. La verdad es que pedían en muchas varios años de experiencia y yo, con cara de póquer, probaba a ver si había suerte igualmente (demasiado optimista).

Pero bueno, con la primera aplicación no había tenido mucha suerte, así que tenté a la suerte con una segunda aplicación que había visto por la televisión. La aplicación era famosa entre el sector de la restauración pero de vez en cuando surgía alguna oferta interesante. Sólo vi una, de la cual fui rechazado en menos de 24h. La aplicación era famosa por conseguirte trabajo en menos de 24h, así que creo que entendí mal el concepto.

Un poco cansado de no tener suerte seguí centrando mis esfuerzos en la universidad y, ya en las fechas de las cuales hablo, en el proyecto final, del que podría redactar un relato entero con el millar de cosas que han ocurrido desde que empecé a hacerlo.

Volvamos a centrarnos. Las clases en la universidad acaban, y todo el mundo está como loco por acabar el proyecto.

Un buen día, por la mañana, veo en el móvil una notificación que nunca había visto anteriormente. Brillaba con una luz azulada. Abrí el móvil con cierto escepticismo y... ¡alguien me había hablado por chat de la segunda aplicación! Pero aquí no acaba la cosa, lo mejor es que me ofrecía una entrevista, ¡sin haber echado currículum! Sólo habiendo visto mi perfil en la página. Yo pensando "Ésto no puede ser, debe ser una estafa... Aquí hay gato encerrado". Pero no, el hombre me dio más datos de confianza y fui a hacer una entrevista.

Así que, después de una entrevista muy distendida y agradable, de haberle puesto velas a Jesús, Buda y Batman, y que un hada me diera un beso en la mejilla, fui contratado.

Y ¡ta-ta-ta-chan! ¡A las puertas de acabar la carrera y con trabajo! ¿Cuánta gente desearía estar en mi lugar?

No lo he comentado porque tampoco sé si puedo, pero sí puedo decir que el trabajo pinta increíble.

Y aquí me tenéis, con un trabajo en el cual empiezo en menos de una semana, sin apenas tiempo y con un proyecto final de carrera a puntito de ser acabado pero, sobre todo, feliz.

Espero que no se os haya hecho muy pesado el oír mis batallitas, pero creo que teníais el derecho de saber el porqué de mi ausencia.

Bueno, me voy a volver a poner la máscara de Darkfear y, con un poco de suerte, en menos tiempo del que pensáis tenéis un nuevo relato por aquí.

Nos vemos,

D.F.

Terror a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora