Capítulo 26

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"Sa"
La palabra más bonita del mundo.
Cuando escuchaba su voz a tan sólo unos centímetros se me estremecía mi alma. Como sí su voz me desnudara y conociera cada detalle y secreto de mi ser.

Me perdía en su perfección, porque ella era lo más cercano a esa palabra.

Me gustaba verla, era como ver una atardecer, ya que ella emanaba tranquilidad, belleza y paz.

Me desperté y al verla junto a mí me abrazó una inmensa felicidad...

Estaba ahí, mirándola dormir. Su silueta me hacía perderme en los infinitos y hermosos secretos del universo, ya que el universo se escondía detrás de su mirada y detrás de ese cuerpo esbelto que parecía hecho con demasiada curia y beldad.

Y toda nuestra historia pasó en un segundo en mi mente al observarla.
Como pasamos de desconocidos a amigos y un beso de intermedio. Algo tan especial, aquello que solo ella y yo fuimos los únicos presentes... y mi diario. Quería recordar esa sensación de sentir el universo en sus labios y que quedara plasmado en letras a media noche en mi cuarto entre lágrimas de felicidad.

                              ...

Seguía viéndola dormir, eran casi las cinco de la madrugada.
Acariciaba su cabello lentamente entre ratos mientras que yo estaba sentado en la orilla de la cama con mi diario en mano escribiendo lo que sentía al verla y tratando de dibujar su figura. Era como apreciar una obra de arte en un salón de alto prestigio, porque así era ella; transmitía grandeza.

Me levanté y me incliné levemente hacia ella moviendo los cabellos de su frente. Le planté un beso sobre aquella piel dulce y suave.

—Buenos días —. Añadió con una voz ronca y encantadora. Mientras se estiraba sobre la cama haciendo una mueca de felicidad entrecerrando los ojos y con una gran sonrisa que aparecía lentamente sobre aquel rostro que resaltaba algo peculiar con esos ojos pispiretos.

—Buenos días, dormilona, pensé que te quedarías en coma —. Le susurré cerca a su oído con una voz en forma de broma y cariñosa.

—¿Sabes?—. Agregué.

—¿Si? —. Me prestó toda su atención y su mirada se interceptó con la mía. Ese momento fue algo mágico, quería decir algo, pero no hacía falta. Nuestras miradas lo decían todo.

Ella había cruzado los pies entre sí arriba de la cama mientras posaba su mirada en mí a tan sólo unos centímetros  moviendo la cabeza lentamente hacia un lado como tratando de descifrar mi corazón y las palabras en el mismo, sus manos caían a sus piernas y su cabello alboratado yacía sobre todo su cuerpo.(¡POR DIOS, SE VEÍA PRECIOSA!)

Radiaba belleza.

Al momento que iba a hablar, me quedé mudo... no solté ninguna palabra y agaché la cabeza en forma de vergüenza.  Ella me miró con inocencia y soltó una sonrisa leve, tratando de transmitirme confianza.

Al ver aquel gesto se me escapó una pequeña lágrima.

"Sa" se deslizó lentamente hacia mí y me rodeó con sus abrazos dándome calor y cariño el cual yo necesitaba.

Al cabo de unos segundos me soltó lentamente y con su mano levantó mi cara haciendo que nuestra conexión fluyera... Yo miré sus labios lentamente... (Quería besarlos) creo que ella se percató de ello y me sonrió.

Los rayos del sol iban apareciendo haciendo brillar el rostro de "Sa". Todo era tan silencioso, solo se escuchaba nuestras respiraciones tratando de fusionarse y los cantos de los pájaros. Me iba acercando despacio a su mundo, quería ser de su mundo... Estaba a punto de besar sus labios y eso me daría la llave para entrar a su universo.

Un ruido nos arruinó el momento. Ella saltó del susto y se le escapó una pequeña sonrisa.
Estaba buscando de donde venía aquel estrépito perturbador. Cuando me di cuenta que era mi alarma.
El teléfono brillaba al otro lado de la cama, en la mesita donde dejaba mis cosas una noche antes de dormir.

"Sa" al ver mi teléfono se acerco hacia mí aparato. Tardé en reaccionar. El teléfono seguía sonando era mi alarma de las seis de la mañana. Me sobresalté, no quería que "Sa" tomara mi teléfono. Cuando se dio cuenta de mi actitud se aventó por él y lo sostuvo entre sus manos mientras agregaba risillas como si fuera un juego de niños.

Se lo traté de quitar... pero ella pensaba que era un  juego y seguía a las risas.

—No, por favor "Sa", no lo veas —. Dije un poco angustiado.

—Ay, Julio. ¿Qué tendrás? No me enojo si veo que tienes porno, es normal —. Seguía riendo. Era muy juguetona...

No respondí. Me quedé en silencio, tratando de cómo explicaría eso más adelante.

Al cabo de unos segundos posó su vista en la pantalla de mí teléfono y me miró un poco confudida...

La alarma dejó de sonar.

—Por favor, "Sa". No pienses nada malo. Déjame explicarte. No es lo que piensas —. Agregué un poco avergonzado.

Al Otro Lado De La CalleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora