Capítulo 31

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Cuando abrí los ojos estaba acostado en mi cama mientras lo rayos de luz entraban por la ventana obligándome a retirar la vista. Al entrar en mi realidad me agobió un intenso dolor de cabeza como si hubiese bebido demasiado la noche anterior.

Se me hizo extraño encontrarme con aquel ambiente.
Creía que todo solo había sido un sueño. Un sueño que me hizo saber que mi peor pesadilla era perder a "Sa", pero, ¿cómo puedes perder algo que ni siquiera es tuyo? En fin.

Me levanté de la cama tratando de recordar lo que sucedió la noche anterior. Al moverme para colocarme a la orilla de la cama pude ver mi diario tirado con el dibujo y mis pensamientos que había escrito cuando "Sa" estuvo aquí el día anterior. Lo tomé y lo sujeté le di una hojeada y lo puse en la mesita a lado de mi cama. Sin más, fui al baño me lavé la cara y bajé horrorizado esperando reclamos de mi familia por lo sucedido el día anterior. Al entrar a la sala no había nadie. ¡No podía haberlo soñado!

Seguía estupefacto. Como cuando te duermes a pleno día y al despertar ya no sabes que día es o que pasó en ese transcurso de tiempo mientras tu estabas en otro espacio ajeno a la realidad.

Todo fue tan extraño.

Al volver a mi cuarto, me senté y froté mis manos contra mis ojos tratando de saber si fue real o no lo que pasó ayer.
Pero... no pudo haber sido un sueño.
Algunos fragmentos empezaron a venir a mi memoria. Recordaba que mi hermano Alexis había llegado en el momento justo cuando estaba haciendo un escándalo en el parque central del pueblo y al momento... ya me encontraba en la casa. Entonces, pude oír a mi hermano Alexis, estaba hablando con mi mamá sobre según ellos un asunto muy importante. Y al cabo de unos segundos desperté... y aquí me encontraba.
Estaba impaciente. La casa estaba sola.
Me quedé ido mirando a la nada.

Al cabo de unos segundos el silencio fue interrumpido sacándome de aquel estado de paz y desesperación a la vez por lo sucedido.

—Ale, ¿dónde estabas? —. Pregunté de inmediato poniéndome de pie.

—Fui a ver a Cristofer para que arreglara mi teléfono, pero no estaba, así que me regresé y aquí estoy —. Respondió de una manera muy pasiva. Yo me esperaba otra clase de respuesta. Conocía a mi hermano y sabía como era. El era paciente, tranquilo, obediente, limpio, responsable, etc. Tenía muchas virtudes y su principal moral era "evitar problemas a toda costa".
Cuando cometías un error, él te regañaba y te obliga a enmendar aquellas consecuencias ocasionadas por tus actos.
Me extrañó que no hubiese sacado nada del tema. Agradecí un poco por ello pero no tanto. El más que nadie sabía las estupideces que uno hacía por amor. No importa si eres la persona mas coherente del mundo, el amor te hace renunciar a tu capacidad de razonar y evaluar antes de actuar. En pocas palabras, vas a la guerra sin armas.

Después de unos segundos, sonó su teléfono. Lo estrajo del pantalón y deslizó el dedo para poder contestar, pero al ver el nombre su cara se expresó un estado de decepción. Lo puso en vibrador.

—Ahora vuelvo. Voy al baño —. Agregó sin disimular aquello. Y sin más se retiró.

Fui a mi cuarto, me acosté mirando al techo y repitiendo una y otra vez el nombre de "Sa" mientras arrojaba al aire una bola de papel. La atrapaba y así sucesivamente. Al pasar  unos segundos apareció mi hermano recargado en el umbral de la puerta y unos segundos transcurridos se acercó a mí y me dijo:

—¿Podemos hablar?—. Cuando dijo aquello dejé de aventar la bola de papel. Me moví y me senté en la orilla prestando mi atención. Sabía que iba hablar de aquello. La frase "Podemos Hablar " casi nunca avecina nada bueno y era obvio, después de lo que hice no era de esperarse que hablara de otra cosa.
Así que asentí y me preparé para lo que venía.

—¿Por qué estabas gritando y llorando ayer en el parque? —. Me preguntó mientras fijaba su mirada en mi con demasiada curiosidad.

Traté de respirar tranquilo y contestar lo más relajado que pudiera.

Si le decía que era porque estaba enamorado, en su cara se pintaría una expresión de satisfacción, y ahora me molestaría con eso, como yo lo hacía con él y más porque le dije que yo nunca me enamoraría. Que eso era para la gente sin escrúpulos y boba que se encierra en un círculo donde sí hay amor todo es posible. Ahora esas palabras me golpearían a mí.

No tenía respuesta para aquello.
Es más... no tenía respuesta para nada.

Así que solté sin más y me preparé para su "Te lo dije "

—Estoy enamorado—. Logré decir.

Al Otro Lado De La CalleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora