Capítulo 27

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"Sa" me miró por unos segundos.

Vamos, seguro es normal ver a alguien que apenas conoces con una alarma que diga "Arriba, vamos, tienes que levantarte y mirar a "Sa" al llegar al trabajo" y justo en la pantalla tengas una foto de esa persona para verla cada vez que miras el teléfono.

Y tengas una carpeta con su nombre y fotos de ella que le tomaste cuando estaba distraída para verla y escribir sob... bueno, pensándolo bien, si es algo pertubador... ¿pero eso que importa? Siempre me moría por verla, cuando te enamoras haces estupideces.

Bien lo dijo un filósofo, no querido por muchos, pero sí odiados por mucho. Era muy polémico: Friedrich Nietzsche en su libro "más allá del bien y del mal" escribió; "Las cosas que se hacen por amor están más allá del bien y del mal".

Aunque eso no es argumento para justificar lo que había hecho.
Tal vez, después de esto ella cambie un poco su actitud conmigo. Ya me estaba haciendo a la idea...

"Sa" me seguía mirando.
Al transcurrir unos segundos iba agregar algo, pero la interrumpí.

—¡Por favor, "Sa" perdóname! No era mi intención...—. Dije bajando la mirada.

Ella puso su mano arriba de la mía.

—Hey...

Yo me sentía apenado.

—Disculpa.

—¿Disculpa? ¿Por qué lo dices?—. Me preguntó confundida con su mirada tierna.

—Por tener tus fotos y espiarte cada mañana que vienes al trabajo. Es que... no puedo evitarlo, por ti... hago tonter...—. No terminé.

Ella levantó su dedo y lo puso sobre mis labios haciendo que me callara y no pudiera terminar la oración.

—Hablas demasiado —. Y después añadió: es lo más romántico que alguien haya hecho por mí.

Escuché sus palabras, levanté la mirada confundido ante esa escena y tímido me limité a preguntar.

—¿En verdad?

—Claro que sí. ¡Raro pero romántico!... ¡extraño pero dulce! —. Me respondió con su buen humor como siempre.

Suspiré.

—No lo puedo creer —. Solté.

—¿Qué?

—Que estoy sentado aquí contigo en la madrugada, viendo tu hermosa forma de ser. Aún no me la creo. Sigo creyendo que eres un sueño.

—¿Por qué?

—Porque tú solo puedes existir en uno.
Al terminar esa oración. Me sonrió tímidamente y sus labios chocaron con los míos haciendo que me perdiera en sus sabores y deleites de su ser.

Se alejó de mí con una sonrisa mientras apretaba mis cachetes para hacer resaltar aun más mis labios. Se levantó de la cama y se puso los zapatos.

—¿A dónde vas?

—Voy a trabajar —. Me respondió volteando su cabeza para encontrar mis ojos haciendo que sus cabellos volarán por el espacio del cuarto.

Era verdad, se me había olvidado... se había quedado a dormir conmigo por mi pesadilla, aunque aún no sabía cómo había llegado a mí cuarto. ¿Qué le habrá dicho a sus papás? ¿Y sí no avisó? ¿Y si la regañaban por mi culpa?
Me despertó de mis pensamientos un beso suyo... mientras apoyaba mi cabeza en mis manos.

Levanté la mirada y cuando reaccioné, ella ya no estaba conmigo. Me puse de pie y cayó al suelo mi diario con el dibujo que estaba haciendo de "Sa" pero no me detuve y salí de ahí. Al salir de la banqueta, ya la pude observar, ya estaba del otro lado de la calle, de nuevo.

Al verme... formuló un beso y me lo lanzó, le sonreí... y me acerqué a ella cruzando la calle...

Al Otro Lado De La CalleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora