Me sentía perdido, de nuevo. Un agudo dolor invadió cada parte de mi cuerpo haciendo imposible no sentir aquella molestia.
Los rayos del sol de nuevo entraban por mi ventana. Mi cuerpo me pesaba más de lo usual. Un ligero movimiento de mis extremidades necesitaba un esfuerzo mayor de lo que acostumbraba normalmente.
Perdí la noción del tiempo. Estaba en mi cuarto. Todo estaba en su lugar. Un cuarto aburrido y sin mucho de que hablar del mismo
—Hey, por fin, que despiertas. ¿Por qué no fuiste a la escuela? Ya has faltado muc...—. Se interrumpió al verme y después prosiguió—. ¿Qué te pasó? ¿Te peleaste?—. Mi hermano Alexis entró a la habitación un poco apresurado en cuanto me vio.
—¿Qué demonios pasó?—. Interrogué poniendo mis ojos en dirección a la suya. Me podía mover, pero me gustaba estar quieto para evitar cualquier tipo de dolor.
—¿De qué hablas?—. Mostró rostro de confusión. Después de un segundo agregó—:¿Qué te pasó? ¿Te peleaste?
Me sentí frustrado. ¿Qué demonios pasó?
—¿Cómo carajos llegué aquí?—. Pregunté un poco angustiado, levantándome de la cama para sentarme en la orilla.
—¡Oh por dios! ¿Qué te pasó?—. Volvió a repetir la misma pregunta pero con más énfasis de preocupación—. ¿Por qué tienes la cara llena de moretones?
—¿Cómo carajos llegué aquí?—. Exclamé un poco exasperado. Esperaba que me dijera que él me trajo—. Yo qué sé. Cuando llegué ya estabas aquí dormido—. Contestó.
Mi corazón empezó a dar latidos que se notaban a través de mi camisa.
De repente, me levanté. Ya no sentí dolor. Fui al baño y me miré al espejo. Tenía la cara llena de moretones y con sangre por doquier. Estaba bañado, literalmente. Sin dudar más, me metí a bañar y me puse ropa limpia.
Una sudadera de color gris, un pantalón de mezclilla y unos tenis.Al mirarme al espejo, ya no me veía tan mal. Se me notaba todavía, pero no tanto como hacía apenas unos escasos minutos. La frustración hizo desaparecer el dolor. Poco a poco vinieron a mi mente los recuerdos de la noche anterior. Recordaba que venía de ver a la Leslie, pero no estaba. Así que pasé por el parque central una vez que me quedé parado contemplando según yo "la casa de "Sa". Me dirigí por el camino que unía las vías con el parque y a unos pocos metros de ingresar a la calle principal, me los encontré. Fue cuando me dieron una golpiza entre el ex novio de "Sa" y sus amigos y eso era todo lo que recordaba.
Me encontraba recostado en el sofá con un cojin entre mi pecho y mis manos sobre su contorno, mientras lo apretaba con una ligera fuerza.
Me quedé ido por unos segundos.
Entonces, ¿quién me trajo a casa? ¿Habrá sido "Sa"?Ya me encontraba mejor. Mi cara seguía un poco hinchada y los moretones se hallaban en cada facción de ella, pero... solo bastaba con decir que defendí a la persona que quería. Eso era suficiente para justificar aquello.
—¿En qué piensas?—. Me dijo mi hermano Alexis desde el otro lado del sofá en el cual él se encontraba viendo la televisión y el teléfono al mismo tiempo.
—¿De qué hablas?—. Parecía que la golpiza me había dejado menso.
—Me vas a decir ya quién te hizo eso—. Habló firme al momento que dejó su teléfono para centrarse en mí.
—¿Te acuerdas de "Sa"?
—Claro que me acuerdo—. Confirmó. Se puso a pensar unos intantes y segundos después continuó—. Ahh, ¿no me digas que ella te hizo eso?—. Al momento de pronunciar aquellas palabras señaló a su cara haciendo referencia a la mía.
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Al Otro Lado De La Calle
Novela Juvenil¿Y si te digo que la mayoría de estas cosas no son lo que aparentan? ¿Me creerías? Julio, un estudiante promedio de 18 años, torpe y tímido, no se atrevía a salir de su monótona vida. No estaba preparado para nuevas emociones. Pero, un jodido día, u...