Cada segundo me confudía más.
Ella era un misterio y yo me encargaría de resolverlo.Casi no pude dormir, estaba ansioso por el que amaneciera. Tenía que verla y preguntarle qué pasaba. No podía permitir que sufriera más.
La noche se me hizo eterna.
Dormí como dos horas, una vez que salió el sol, me esperé a que ella abriera, pero cuando salí para verla, ella no estaba.
Sentí una punzada en el corazón, sentí como sí me lo apretaran hasta hacerlo añicos. No estaba. Y yo no podía estar tranquilo.Ese día no fui a la escuela, no podía irme sin saber de ella y mucho menos por lo que había provocado el día anterior.
Además, estaba seguro que no era la primera vez que lloraba.Sé que necesitaba ayuda, solo que no sabía como pedirla. ¿Dónde estará mi "Sa"?
Sí, así la llamé, ya que era lo único que conocía de ella.
...
Ella se veía tan adorable, llevaba un short de color café, una blusa blanca (¡cómo le gustaban las blusas!), una pulsera en cada antebrazo y a lado de su cuello, en la clavícula derecha para ser exacto, tenía un lunar y no sabía sí era una coincidencia, pero yo también tenía uno en el mismo lugar.
«A veces cuando estás enamorado buscas cualquier excusa para emparentarte con aquella persona que consideras especial»Una voz fuera de este mundo me hizo reaccionar...
- Hey, dormilón. Ven a buscarme -. Me pidió con una sonrisa en su rostro mientras se echaba a correr mirándome.
Fui corriendo tras de ella y con su ropa casual la pude observar mejor, su figura era impresionante, su carita de ángel te mataba de la ternura. No hacía nada por verse bella, ya que ella era belleza natural.
Estuve a punto de atraparla.
Al momento que la iba agarrar, se desvaneció frente a mis ojos, haciendo que sus palabras se quedaran en mi cabeza " Ven a buscarme".
Y un ruido me hizo despertar de aquello que solo era un sueño, pero qué tenía un gran significado.
Me tenía que levantar de nuevo, pero no tenía ganas si no sabía nada de "Sa". No quería hacer nada más que buscarla, pero salí disparado porque tal vez ya estaba allí, al otro lado de calle, en la tienda.
Una vez que salí de mi casa ya listo, no podía creerlo. Me sentí aliviado al verla, se seguía viendo divina en cada gesto.
Cuando la vi me dirigí a ella, me sentía que iba por el cielo. Cuando ya estaba cerca de llegar.
Al momento que la observé, ya nada era igual; todo era distinto.
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Al Otro Lado De La Calle
Novela Juvenil¿Y si te digo que la mayoría de estas cosas no son lo que aparentan? ¿Me creerías? Julio, un estudiante promedio de 18 años, torpe y tímido, no se atrevía a salir de su monótona vida. No estaba preparado para nuevas emociones. Pero, un jodido día, u...