Capítulo 22

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Sentía como nuestras almas se fundían para formar una sola  tan solo con el contacto de nuestras manos por arriba del mostrador.

Levanté  la mano de golpe señalando que quería llevar unas sabritas.

"Sa" fue por ella y me cobró. Me devolvió el cambio y salí de ahí. Una vez que crucé la calle suspiré profundo.

—Uff.

Casi nos atrapa ese tipejo de nuevo. Lo bueno que reaccioné a tiempo y no metí en problemas a "Sa"

Me di cuenta y "Sa" también por mis gestos  faciales que el dueño de la tienda salió un momento de la parte trasera y se encontraba a sus espaldas. Pero no se dio cuenta de nada.

Miré unos minutos después a "Sa" y el dueño ya no estaba ahí. Creo que se metió de nuevo.  Ella soltó una sonrisa y me lanzó un beso con ademanes a larga distancia.
Se veía tan juguetona.

Ya no me podía arriesgar más. Así que una vez que le hice señas de que mi corazón era suyo. Me metí y me encerré. Y volví a mi mundo de letras para escribir lo que sentía y lo que vivía a su lado.
Al momento que ella lo leyera se daría cuenta que en verdad la quería a pesar de que no estábamos juntos y que esa historia solo podía suceder en una libreta y no en una vida real. Por eso me torturaba; ella era demasiado para mí en todos los aspectos y por eso estaba agradecido que estuviera compartiendo de su maravillo tiempo conmigo. Pero mis preguntas no me dejaban en paz.
¿Cuándo acabaría esto? ¿Estaría preparado para cuándo llegara ese momento?

Cerré mi libreta. Ya había escrito dos capítulos más. Me identificaba con los personajes porque en verdad los sentía en mí.

Suspiré de nuevo. Miré mi reloj. Ya eran casi las seis de la noche. "Sa" ya casi iba a salir.

Al abrir la puerta para toparme con la banqueta, pude observar que ya había cerrado la tienda y ella para mi  mala suerte, ya no se encontraba allí.

Retorné a mi casa. Cené. Me acosté y reproducí una canción y dormí sin más. Quería ir a buscarla pero no  sabía bien donde vivía y además me advirtió de su padre. Así que decidí ir a buscarla, pero en mis sueños.

Al Otro Lado De La CalleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora