Una vez que entré en razón, me sentí un estúpido, en vez de enamorarla con mi actitud, la iba ahuyentando más. ¡Y como sí no estuviera ya lo suficientemente lejos!
Salí corriendo sin parar. Tenía que ir a ver a Leslie y contarle todo. Aunque ya casi estaba leyendo su mente "Julio, ¿pero qué te pasa? ¿Por qué hiciste eso?".
Tal vez, serían más reproches que motivación, pero me lo tenía más que merecido.
Se supone que así no se debe de conquistar a la chica que te gusta.
Ya estaba a poco metros de su casa, para mi sorpresa Leslie no estaba.
Busqué un lugar para sentarme y calmar mis pensamientos.
Me senté enfrente de la casa de Leslie. Empecé a sollozar. No estaba furioso, estaba decepcionado de mí mismo. La quería curar, demostrarle que podía confiar en mí, pero con mi actitud le probé justamente lo adverso.Se me escapaba una lágrima cada que recuerdaba su expresión en su rostro; asustada.
Mi cabeza estaba entre mis rodillas, rodeada con mis brazos.
No podía borrar de mi mente lo que hice, lo que le hice. De seguro va llorar otra vez y está vez, la razón de su llanto iba a ser yo.
Quería pedirle perdón, pero, ¿cómo? El daño ya estaba hecho.
Mi mundo era ella y lo había destrozado en un segundo.
Una mala acción puede terminar lo que se construyó en años en tan solo un día.Sentí que alguien se sentó a mi lado, pero me negué a levantar la vista, no tenía ganas de nada.
—Las lágrimas es la única opción a la que recurrimos para sacar el dolor que tenemos—. Se me hacía familiar aquella frase.
Alzé la mirada entre lágrimas.
—¿Otra vez tú?—. Dije entre asombro mientras disimulaba mi llanto, pero creo que ya se había dado cuenta.—Vengo, ¿y con esa actitud me recibes?—. Contestó mientras se levantaba para irse.
—No, disculpa, perdón Karla. Es que no estoy bien.
—¡Lo sé!
—¿Lo sabes? ¿Cómo? —. Respondí mirándola fijamente mientras yo seguía sentado.
—Bueno... Pues...—titubeó —. Porque estas aquí, sentado, llorando—. Se excusó como sí escondiera algo, pero no presté atención.
—¿Te sientas conmigo?—. Formulé. Necesitaba apoyo de alguien. Ella tenía razón, se me notaba que estaba mal.
—Claro, con mucho gusto.
Al verla, nuestras miradas se cruzaron. Sentía que podía ver su alma. No me había dado cuenta, pero lucía hermosa como para una salida casual. No se me hubiese hecho raro que de un momento a otro me dijera que tenía un compromiso.
Su cabello lacio caía en sus hombros, su ojos cafés resaltaban una dulzura pura...
Algo me interrumpió.
—Tierra, llamando a Julio, ¿me escuchas? —. Era demasiado risueña y coqueta por naturaleza.
—¿Ehh? —. Tardé en reaccionar —. Sí, disculpa. Me perdí un momento.
—Sí, eso parece.
— ¿Y que hacías por aquí?
—Bueno, iba a ver a mi amiga. Pero cuando venía en mi moto te vi y de lejos se notaba que no estabas bien. Así que decidí determe para venirte a ver.
—Muchas gracias, en verdad. Me alegra que ta hayas preocupado por mí—. Le solté una sonrisa, pero me seguía sintiendo fatal por dentro.
«Y lo que reflejamos en el exterior, viene del interior»
Así que no me sorprendí cuando me preguntó.
—¿Por qué llorabas?
Me quedé en silencio y bajé la vista, hasta que por fin pude decir.
—Por el amor. O sea, una estupidez muy estúpida. ¿Suena tonto, verdad? Pues se siente peor.
![](https://img.wattpad.com/cover/122741029-288-k763297.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Al Otro Lado De La Calle
Fiksi Remaja¿Y si te digo que la mayoría de estas cosas no son lo que aparentan? ¿Me creerías? Julio, un estudiante promedio de 18 años, torpe y tímido, no se atrevía a salir de su monótona vida. No estaba preparado para nuevas emociones. Pero, un jodido día, u...