Capítulo 4

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No paraba de derramar lágrimas que caían de mis mejillas directo a la almohada.
—¿No sé cómo pudo pasar? —. Me decía a mí mismo entre llanto y con los ojos rojos.

Tanto que esperé, tanto que me costó para que al final no le dijera nada y terminara por hacer el ridículo frente a la chica me atraía.

No podían cesar las voces que se reían de mí.

Solo quería perderme un instante y olvidar todo lo sucedido, pero ese era el problema, ella me hacía olvidarme de todo y sentir una sensación que no se podía describir.

Me estaba volviendo loco por ella, y ella ni siquiera lo sabía.

Era un tonto.
No la miré cuando pasó eso.

—¿Y sí ella no se río?— Me comía mi mente.

Todos cometemos errores y no por eso nos vamos a rendir ante cualquier circunstancia.

No podía callar esto, porque sé que me arrepentiría...

Tenía que seguir.
                                 ....

Desperté al momento que mi teléfono sonó, era mi amiga Leslie, tomé el celular y contesté.

—¿Cómo te fue con el amor? —. La escuché decir al otro lado de la línea como si ya supiera la verdad.

Me quedé en silencio por unos segundos, no sabía que decir, pero ella tenía que saber la verdad era mi amiga. Cuando iba hablar, su voz me interrumpió.

—¡Ay, Julio! No hace falta que lo digas, ya se enteró todo el pueblo —. No podía creerlo.

—¿Qué? —. Contesté exaltado.

—¿Apoco no sabías? —. Me dijo con un tono interrogativo.

—No puede ser —. Me tallaba el rostro con una mano para ver sí despertaba de aquella pesadilla.

—Tranquilo, todo pasará—. Me Intentaba dar consuelo. Y prosiguió:

—¿Sabes qué es lo bueno?

—¿Qué?—. Me sentía totalmente impotente, tal como un perro rabioso que está amarrado y no puede evitar que se metan a la propiedad de sus dueños.

— Pues no sé, por eso te pregunto—.  Dijo en forma de broma.

—¡Ay! Leslie. ¿Acaso no sabes cómo me siento? —. La reprendí un poco alterado.

—¿Sabes, Julio?—. Su voz cambió a un tono totalmente serio.

—Dime —. Respondí.

— Siempre tienes que ver lo bueno de las cosas, así sea lo más negativo. Todo pasa por algo.  Si realmente la quieres, no la vas a dejar ir tan fácil. Tienes que aferrarte y luchar por lo que quieras, porque si no fuera así, si no existieran esas personas, entonces dime, ¿qué chiste tiene vivir?.
La vida es un desafío. Hoy, mañana y siempre. Ve por lo que quieres y serás feliz y sino lo haces, no esperes lo contrario. Habrán personas que harán lo qué tú no haces. Y obtendrán lo que tú no obtuviste —. Dijo con una voz muy segura y una sonrisa que se oía desde el otro lado de la línea.

Al momento de escuchar sus palabras, me sentí diferente. A veces Leslie, parecía que te sacaba de órbita con su faceta de poeta.

Leslie tenía muchas virtudes, pero las que más admiraba eran dos:
*Ella no podía odiar, no importaba lo mal que la trataras, ella siempre te recibía con una sonrisa y daba lo mejor de sí.

*Ella siempre trataba de ayudar, metía las manos al fuego contigo o incluso por ti. Aunque ella a veces sabía que no podía ayudar, a ella no lo importaba eso, de todas maneras lo intentaba.

Creánme... yo lo sé.

Al Otro Lado De La CalleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora