Narissa se hallaba intranquila, ya que una vez que llegaron al castillo, llegó una carta, donde se le pedía a Narissa y a Oria, estar presente en el salón del trono, para una audiencia con sus altezas, a primera hora de la mañana.
Lainer les pidió que estuvieran calmadas, pero Narissa ya no estaba segura, ahora que sabía un poco más del porqué le trataban así. Lainer se despidió y dejó la estancia. Las chicas decidieron dormir, aunque Oria siguió quedándose junto a ella, pues no quería estar sola, ni tampoco dejarla, pues no sabían de que era capaz Clarissa.
A la mañana siguiente, ambas despertaron muy temprano, y se arreglaron lo mas posible, con vestidos sencillos pero acordes a la situación. Cuando estaban a punto de salir, ambas se miraron, con espectación, con miedo....Estaban juntas en esto, y por mucho que Clarissa intentase dañarlas, debían mantenerse juntas y apoyarse. Deben demostrar valor.
Narissa y Oria, entraron en el salón del trono a paso ligero, con la barbilla en alto, y esperando que Clarissa o Corintia mostraran algo de piedad, Narissa no tenia nada que ver con su difunta madre, ella no aspiraba a nada, mas que a ser senadora y servir al reino, pero sus majestades no lo veían así, la veían como una amenaza, que debía ser eliminada lo antes posible.
La reina Corintia estaba sentada en el trono, donde solía sentarse el rey, y la princesa estaba su lado, en su asiento personal. Ambas vestían unas exquisitas telas, y portaban sus coronas mas brillantes, pero sobre todo, sus miradas mostraban desdén y altanería. Mas abajo, se encontraba la señorita Bitia, con su largo vestido verde, y una cinta con forma de rosa roja en el cuello. No habia rastro del senador Lainer o del rey Abbas, tampoco estaban las otras damas de compañía o Kay, ahí no había nadie, mas que aquellas mujeres. En cuanto estuvieron frente a sus altezas, hicieron una pronunciada reverencia y se quedaron ahí. La primera en hablar, fue Bitia.
– Lady Narissa de Mirte –comenzó con su voz de papagayo –se le acusa de agredir a la futura heredera del reino de Zurza, y de esparcir rumores mal intencionados acerca de nuestra soberana, la reina Corintia. ¿cómo se declara?
– ¡Inocente! jamás eh tocado a la princesa y mucho menos hablar mal de la reina –tenía que calmarse, aunque le parecía insólito que esas dos dijeran tal cosa de ella, cuando ellas habían sido las que la habían maltratado en verdad –majestades, se que no me he comportado como debería, pero yo...
– ¿Acaso no has dañado a mi querida hija? –preguntó con sorna la reina –tengo entendido que la golpeaste en el rostro –dijo mientras levantaba una ceja.
– No fue así su alteza –no, claro que no, el que la había golpeado, había sido Lainer, pero no había porque meterlo en problemas a él –todo a sido un mal entendido.
– Tú eres aquí la de los malos entendidos –dijo la reina con una risita desdeñosa –se que has hablado de mi persona ¿cómo te atreves a hablar de mi, siendo que te hemos abierto las puertas del castillo, te hemos dado cobijo, y así es como nos pagas? debería echarte a patadas de aquí, pero no quiero un escándalo.
– Majestad yo... –trató de intervenir Oria.
– Usted lady Oria, a sido una total decepción para nosotras –dijo la reina –esperaba que apoyaras a tu futura señora, pero veo que te has aliado a esta chusma.
– Reina Corintia, por favor –trató de detenerla Narissa, pero no había nada que hacer, ella no iba a escucharlas –se que no desea saber nada de mí, pero por favor, no culpes a lady Oria de algo que no a hecho, ella se a comportado muy bien, ella, no tiene nade que ver.
– Entonces ¿si aceptas los cargos? –preguntó divertida Clarissa.
– No su alteza –dijo Narissa con ferocidad –no entiendo porque no les agrado, pero por favor, yo no he hecho nada malo, y mucho menos Lady Oria.
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Coronas ☆ Rumores
General FictionEl reino de Zurza es conocido como un país utópico, donde lo antiguo y lo moderno convive sin haber roses, donde puedes encontrar todo tipo de modas extravagante, eso sí, solo tienes dinero. Donde si no eres muy afortunado, quizás tengas un encuentr...