35. La decisión de Narissa

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Karima había dormido en isla Mirte aquella noche, y se sorprendió que a la mañana siguiente, por fin conociera al famoso Kay, el gestor de problemas de su mejor amiga.

Todos estaban reunidos a la mesa del gran comedor, donde estaban Ogen, Ishtar, Rama, Kay, Narissa y Karima. El único que se veía incómodo ahí, era Kay, quien parecía fuera de lugar. A la mesa, había una gran cantidad de comida, tanto que a Kay le pareció un exceso. A Narissa le llamaba la atención que Ogen, su padre y su tía conversaban animadamente, como si se conocieran de toda la vida.

–Así que...tú eres Kay –dijo Karima con cierto aire irritado.

–Si –dijo con cierto tono inseguro el muchacho, aquella muchacha le intimidaba un poco, no así Clarissa.

–Y dime ¿cómo es la princesa?

Kay observó a Narissa por un momento, no sabía que responder exactamente, no estaba seguro si era un truco o no.

–Es detestable –dijo como si fuera de lo más obvio.

–Ya veo...y ¿qué te parece mi amiga? –una sonrisa maliciosa se dejaba ver en los labios de Karima.

El rostro de Kay se tornó rojo, y decidió morder una tostada que tenía frente a él. Karima se rio por lo bajo, hasta que notó que Narissa no reía para nada, es más, ni siquiera había probado bocado, o bebido un sorbo de su aromático chocolate.

Pero cuando iba a preguntarle si se hallaba bien, Narissa rompió el silencio.

–Abuelo –su voz era sin emoción, pero había sido lo suficientemente cargada, como para hacer que los tres adultos, le dedicaran atención –Quiero saber acerca de mi madre.

Los tres se miraron entre sí, y dejaron lo que estaban haciendo.

–¿Qué deseas saber?

–Toda su historia –pidió con serenidad –necesito saber todo. Solo tengo variadas historias.

Ogen suspiró, cerró los ojos por un momento, y entonces decidió contar todo.

–Tu madre nació en la capital, eso lo sabes. Creció sana y con cada año que pasaba, se volvía más inteligente y más hermosa –sonrió recordándola –en aquella época yo era senador, y con el paso del tiempo, tu madre también quiso serlo. Tu abuela, que en paz descanse, había sido una amiga de la reina regente, De ese modo, cuando tu madre tenía alrededor de 18 años, la reina la tomó como su pupila. Pero no fue la única, la reina Corintia también estaba entre sus pupilas, y hasta donde supe, gracias a tu madre, ambas fueron amigas.

Eso era nuevo, hasta donde sabía Narissa, la reina detestaba a su madre, o más bien a su recuerdo, entonces ¿por qué había sido su amiga? ¿Habría pasado algo entre ellas?

–Poco tiempo después de que tu madre fue tomada bajo el cuidado de la reina, se me concedió el título de terrateniente de Mirte, y vine aquí. Seguí escribiéndome con ella, pero ella siempre decía que todo estaba bien. Hasta que años después, me dijo que volvía a Mirte, pero nunca me dio una explicación.

–Pero...–Narissa estaba segura que faltaba algo, porqué su madre se había ido así como así, él había estado enamorado de ella, quizás había sido por Corintia, ellos fueron quienes se casaron al final.

–Fue cuando ella iba camino a Mirte, que la conocí –dijo Rama con nostalgia –era indudable que era la mujer más hermosa de éste mundo, pero se veía triste, nos presentamos pero ella nunca me dijo porqué estaba triste, al final ella decidió ir conmigo a Cetra, y ahí se quedó por unos dos años, durante ese tiempo, como ya te conté, nos casamos y te tuvimos a ti. Cuando teníamos unos meses de nacida, fue cuando comenzó el ataque de Regka, y ahí fue cuando decidimos que el mejor lugar para protegerla, era Mirte.

–De ese modo tú y tu madre volvieron para quedarse aquí.

–Y ¿Cómo fue que ella murió?

–Fue algo lamentable –dijo su abuelo con pesar –tu padre había venido a visitarlas hace poco ¿recuerdas Rama? –el padre de Narissa asintió con su rostro compungido –poco después de eso, ella enfermó, tú ya tenías alrededor de un año, pero no comprendías que pasaba. Nunca supimos a que se debía su estado, ni los mejores médicos pudieron ayudarla, fue muy rápido. Ella falleció poco después de que cumplieras el año de vida.

–Yo llegué dos días después de su fallecimiento –acotó Rama con pesar –Con tu abuelo decidimos tu futuro, para ese entonces, Ogen ya sabía de mis orígenes piratas, pero aunque había cambiado de rubro, no quería ponerte en peligro, además Regka seguía pendiente de todos mis movimientos.

–Con Rama decidimos que lo mejor sería que te criaras aquí, lejos del peligro de Cetra, y dependiendo de cómo se daban las cosas, esperaríamos el momento adecuado para contarte todo.

Karima y Kay habían quedado al margen, pero ahora sabían la historia de Narissa. Por otra parte, la muchacha estaba segura que faltaba algo, para llenar el rompecabezas de su historia y la de su madre.

–Al menos ya se más de mi madre –dijo a nadie en particular –debo contarles algo.

Los presentes la miraron expectantes, Ogen y Rama, y estaban seguros que ella querría quedarse en la isla. Pero Ishtar no estaba del todo segura, su sobrina había cambiado en el último tiempo.

–He decidido volver a la capital –dijo con la mayor seriedad posible.


Coronas ☆ RumoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora