Epilogo

11 2 1
                                    


5 años después

Las calles estaban atestadas de gente, había mucha algarabía en todas partes, tanto en la capital, el archipiélago, como en las demás ciudades. Y quizás había motivo suficiente para salir a celebrar a las calles, aquella tarde ocurría lo que muchos pensaban que nunca sucedería. La princesa heredera, Clarisas de Zurza, la princesa Cisne, contraía nupcias con un noble joven de la ciudad de Corin.

Narissa llevaba más de una hora intentando llegar al castillo, pero definitivamente no había sido tarea fácil para el conductor. Cuando finalmente llegó, tuvo suerte de poder entrar enseguida al castillo hacia la habitación de su amiga.

–¡Hasta que al fin llegas! –dijo Karima en cuanto la vio pasar el umbral.

–Te dábamos por perdida –le secundó Oria.

–Lo siento, afuera es un pandemónium con lo de la boda –Narissa dejó su bolso sobre una mesita, y se acercó a un biombo donde yacía su vestido colgado, por suerte lo había dejado con anticipación ahí.

–Muy buenas tardes alteza –dijo haciendo una reverencia ante Clarissa, quién estaba sentada frente a un tocador y era maquillada y peinada por tres muchachas.

–Dejate de formalidades –dijo con tono brusco, sin perder los estribos –me revienta que lo hagas, y más cuando estoy a unas horas de casarme.

–Relajate Clarissa –se rió de ella y comenzó a cambiarse –deberias estar más nerviosa...pero no enojada.

–No estoy enojada –dijo con seriedad –solo quiero quedar bien maquillada, los paparazzis no me van a perdonar si se me llega a escapar algún detalle.

Cuando todas estuvieron listas, las tres damas de honor llevaban espectaculares vestidos, todos diseños de Karima, inclusive el vestido de novia de Clarisa era creación de ella, aún que muchos en la corte se habían enojado por aquella decisión, incluso la reina Corintia se había inmiscuido en esos detalles, pero Clarissa había salido a defender a sus amigas.

Karima al ser la más alta de las tres, iría adelante, llevaba un hermoso y pomposo vestido color verde con detalles en negro, con un escote pronunciado pero que no llegaba a ser vulgar. Narissa iría al medio con un hermoso vestido azul noche con detalles en celeste, y finalmente iba Oria, que era la de menor estatura, y llevaba un vestido color lila que combinaba tiernamente con su cabello rosa.

Cuando Clarissa estuvo lista parecía sacada de un sueño, su vestido era corte princesa pero sin ser pomposo, era elegante, entallado en las partes que debía serlo, con un escote elegante; su cabello estaba tomado de forma natural, y portaba su corona de cisne.

–¿Cómo me veo? –preguntó sonrojada.

–Estás preciosa –comentó Oria, con algunas lágrimas en los ojos, emocionada por verla tan deslumbrante.

–Pasarás a la historia como la princesa más hermosa de la historia –comentó Karima, orgullosa de su trabajo y de ver cómo relucía en Clarissa.

–Te ves hermosa –comentó finalmente Narissa.

Clarissa estaba sonrojada, pero evitaba a toda costa soltar una lágrima, no llevaba dos horas sentada, para venir arruinar el magnífico trabajo de las estilistas.

Coronas ☆ RumoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora