9. La señorita Bitia

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Al llegar al puerto de Macria, Narissa pudo sentir un olor fétido, que provenía de la caleta. Había mucha gente, de todas partes del reino y de otros países, que pululaban alrededor de los barcos, y las pescaderías.

Considerando que el viaje a la capital,no sería como sus paseos a la playa, esta vez iba vestida con un vestido corto abombado, y un abrigo verde oscuro con capucha y listón en el cuello. Además, llevaba un bonete color crema con detalles verdes, siempre a juego.

Bajó del shipling, seguida por lo marinos que cargaban sus baúles, pero al llegar al puerto, se sintió mareada, tanta gente que pasaba a su alrededor, los olores, los colores, todo comenzó a dar vueltas, y volvió a sentir lo mismo que cuando estaba en el salón de baile.

- ¿Señorita Narissa? -preguntó una voz a su espalda, una voz delicada que pertenecía a una mujer.

- S-sí, soy yo -asintió con la cabeza, temblorosa y mareada, sintiendo ganas de volver al camarote.

- Yo soy su institutriz, enviada por la reina -tenía una mirada dura, sus ojos parecían escudriñar todo su pequeño ser, y aunque su voz era delicada, parecía no querer estar ahí - soy la señorita Bitia.

-¿Bitia? -preguntó en voz alta Narissa.

-¡Señorita Bitia! -dijo la institutriz, alzando levemente su voz, y su ceja.

Caminaron hasta una calle muy ancha, que por lo que pudo entender Narissa, era una calle donde habían vehículos antiguos, modernos, carruajes cerrados y abiertos, el carruaje donde iba Narissa y la señorita Bitia, era de roble oscuro, con dos banderines en la parte delantera, que tenía el emblema real del cisne.

- Disculpe -dijo Narissa para romper el hielo - pero ¿Porqué la reina me puso una institutriz? Hace mucho que termine mis estudios, y creo que estoy capacitada.

- La reina me a puesto a su disposición, para que aprenda todos los modismos de la capital, además, debo enseñarle cómo actuar en la corte. En cuanto a que si está capacitada a o no, eso lo verá la reina y la princesa.

-¿Cómo son ellas? ¿Son cómo las historias que cuentan? -preguntó emocionada la joven.

- ¿Qué historias? -Bitia enarcó una ceja.

- La historia de amor entre el rey y la reina, o que si la princesa es como el cisne alado del emblema real... -se estaba emocionando.

- Le sugiero que no haga comentarios así en la corte -dijo con firmeza -no serán bien recibidos, y probablemente serán tomados como un miserable intento de lambisconeria.

- ¿En serio? -preguntó curiosa.

- Es de mala educación -dijo con desdén, cómo si fuera más que obvio.

Narissa no volvió a tocar el tema, y en vez de eso, observó por la ventana, el puerto, las casitas, las personas, el cielo, el mar...todo. también observó de reojo a la señorita Bitia, llevaba un vestido ceñido color verde oscuro, tenía una piel seca y grasosa en las sienes. Estaba leyendo un libro, que Narissa a penas pudo leer el nombre de la portada. Pero parecía interesante, porque ella no había despegado la vista desde que habían salido del puerto.

La muchacha no supo en que momento se durmió, solo sintió una leve brisa en su rostro, como una suave mano que acariciaba su mejilla. Abrió perezosamente sus ojos, y entonces descubrió un paisaje único, que los libros no podían dar crédito, era un valle de color verde claro, con árboles multicolores, el aire fresco y con aromas dulce y cítricos le dieron la idea de que estaba en un sueño, de esos sueños hermosos, de lo que no dan ganas de despertar. Entonces comenzaron ascender por un camino, que la señorita Bitia dijo que se llamaba Cisne Real.

Coronas ☆ RumoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora