24. Cartas

8 2 0
                                    

Lainer había llegado cuando había anochecido y la lluvia era más fuerte.
Ishtar y Narissa llegaron al salón, donde ya estaba lista la mesa para comer una rica cena.

- ¿Cómo has estado? -preguntó el senador a la más jóven.

-Muy bien, ¿Y tú? ¿Cómo está Ondinia? ¿Sabes algo de Oria? -le atacó en preguntas.

-Narissa, deja que Lainer se siente, tenemos toda la noche para conversar -pidió la mujer de cabello morado.

Ambos tomaron asiento, y el mayordomo trajo la comida. Los platillos olían exquisito, abriendo el apetito de los jóvenes.

- ¿Cómo va todo en el senado? -preguntó luego de un rato la de ojos rojos.

-No muy bien, a decir verdad -bebió un poco de vino -se han visto nuevos avistamientos de piratas, pero aún no han tomado una decisión clara, en cuanto a las medidas a tomar.

- ¿Piratas? -No quería que volviera a ocurrir de nuevo lo mismo, como en Mirte - ¿En dónde?

-Les han visto cerca de Vastia y Ocrane -contestó el senador.

Siguieron comiendo en silencio, hasta que el senador pareció recordar algo y comenzó a buscar entre sus ropas. Sacando una cajita de terciopelo de uno de sus bolsillos.

-Casi lo olvido -le ofreció la cajita -pude conseguirte los mensajes de tu abuelo y tu amiga.

- ¿De qué hablas? -Narissa estaba segura que no tenía ningún mensaje.

-Tu abuelo y tu amiga te enviaron muchos mensajes, pero......Clarissa los bloqueó -parecía avergonzado.

Narissa lo miró sorprendida, podía esperar cualquier cosa de la princesa, pero aún la seguía sorprendiendo, para su mala suerte. Ishtar le dijo que podía ir a su habitación. Ella no lo pensó dos veces, y subió a su cuarto.

El primero era de Oria.

Querida Narissa:
Mi vida en el castillo se siente vacía ahora sin ti, lamento todo lo que ocurrió, ella me tenía prohibido tener algún contacto contigo, en cuanto a las cartas de tu abuelo y tu amigo, pude rescatarla de una base de datos. Clarissa las bloqueó, de modo que jamás sabrías nada, por fortuna Casia abrió la boca. Te las envío con Lainer, que es el único a quien le tengo una confianza absoluta.

Espero que tu vida con Ishtar sea mil veces mejor de cuando estuviste aquí. Me siento sola, Aleera se la pasa humillándome, Berenice está en el castillo y se cree soberana. La reina Corintia y el rey Abbas han estado peleando, a tal modo, que Clarissa cada vez está peor, sé que ella te a echo daño, pero....creo que ella hace daños a otros, porque las peleas de sus padres la dañan. ¡Oh, querida! Te extraño mucho, y espero que estés bien.

Con cariño y afecto.
Oria de Corin.

Narissa sintió un aguijón de dolor en el pecho, al final, había sentido rechazo y rencor por la princesa, por mucho que sus padres se la pasaran peleando, ella la hubiese golpeado, humillado y se las hubiese ingeniado para hacer correr rumores horribles de ella. Lástima, eso era lo que sentía por ella, estaba rodeada de personas malintencionadas, que no ayudaban en nada a su crecimiento personal, y que sus padres no atendieran a su hija como ella lo merecía, solo había empeorado la situación de la princesa.

La siguiente eran cartas de Karima y también vídeos. Los primeros eran preguntándole de cómo estaba, del viaje, de la ciudad, las siguientes eran de la nobleza, luego preguntaba que pasaba, porque no le respondía, luego...nada.

¿Realmente Karima la había olvidado? ¿Realmente se había enojado con ella?

Las últimas eran de su abuelo Ogen, eran pocas, en consideración a las de Karima.

En el primer video, le deseaba lo mejor, y le explicaba los arreglos de la isla. El segundo vídeo también hablaba de lo mismo, la isla estaba construyendo un fuerte y dentro de poco iban a arribar nuevos potros. El tercer video mostraba a Ogen con algunas ojeras, se veía agotado, explicaba que todo estaba bien, finalmente había una carta.

A mi nieta:
Espero que tu estadía sea fructífera en la capital, y que por eso aún no has respondido a mis mensajes o a los de Karima. Aquí todo está tranquilo, pero, debo serte sincero, mi salud ha empeorado, lo que pensé que sería un mero resfriado, se ha transformado en un verdadero problema. Quizás me queda poco tiempo en este mundo, y me alegra saber que estás segura en la capital.

Con amor, tu abuelo.

Aquellas palabras de su parte, le habían roto el corazón. Que tonta...

Bajó corriendo al salón donde Lainer e Ishtar conversaban, alterando a ambos.

- ¡Necesito viajar Ishtar, debo ir a Mirte! -dijo agotada por la alocada carrera.

- ¿Ha sucedido algo? -preguntó Lainer.

-Se trata de mi abuelo, él no está bien -no estaba dispuesta a llorar, pero sentía culpable por no haber tratado de comunicarse antes con él -su última carta está fechada de hace dos semanas y medias. Necesito ir.

Ishtar se levantó de la poltrona en donde estaba, y caminó hasta la ventana, afuera había un temporal caudaloso, que amenazaba con destruir a cualquiera que estuviera a su paso.

-Deja que las aguas se calmen, pequeña -dijo casi en un susurro -arreglaré todo para que puedas viajar a la isla.

- ¡Gracias Ishtar! -se abalanzó agradecida, dándole un abrazo que por poco, las bota a ambas.

Después de mucho, podría volver a casa, podría volver a su isla. ¿Habría cambiado mucho Mirte? ¿Su abuelo se abría mejorado? Tal vez lo ideal sería llegar de sorpresa, demasiadas preguntas.

- ¿No crees que sea peligroso? -la voz de Lainer demostraba confusión.

- ¿Por qué lo dices? -Narissa no entendía su duda.

-Lo digo por los avistamientos de piratas... -miró a Ishtar -puede ser peligroso.

-Dijiste que se vieron cerca de Ocrane y Vastia ¿no? -Dijo Narissa decidida -esas son islas que se hayan en el límite. Si tomo un barco desde el puerto de Macria, igualmente pasará por Rongo; los piratas se mueven por las islas limítrofes, no por el archipiélago, hay demasiados arrecifes, por eso los viajes en barco son tan largos, esquivan demasiado. Dudo mucho que ellos piratas se arriesguen a quedar encallados.

Lainer suspiró vencido, Narissa iba a viajar a la isla a como dé lugar. Nada ni nadie podría hacerla desistir de aquella idea.

Coronas ☆ RumoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora