Jamás antes mi pecho albergó tan apasionado amor.
No la amo como se ama la gente hoy en día, la amo para algo bien.
No la amo un rato; la adoro en todos los momentos, desde que la memoria me abraza.
No empleo metáforas vanas; verdaderamente, aquellos ojos me deslumbraron desde la infancia.
Ahora tengo dieciséis y sigue siendo mi musa, por quien suspiro y respiro.
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Un alma herida y un corazón desecho
Short StoryDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...