-Lo siento enserio. De eso quería hablar- logre soltar con una vos agitada cuando la alcancé nuevamente después de una cuadra.
Ella no me respondió nada. Pude notarla con el rostro ciertamente enfadado, con unos ojos un tanto húmedos y con mil motivos para lanzar una bofetada.
-¡Por favor!- seguía suplicante con una voz cada vez más perdida y destrozada.
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Un alma herida y un corazón desecho
Short StoryDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...