Usualmente en el colegio solíamos sentarnos en carpetas cercanas.
El lunes ella se alejó.
Se sentó a cuatro carpetas de mi asiento.
En ciertos momentos aun encontraba su mirada, pero era un mirar frio y tenebroso.
Ya nada sería lo mismo, todo había cambiado.
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Un alma herida y un corazón desecho
NouvellesDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...