Mi cuerpo se empezó a helar.
Desistí a su caminar y veía como su esbelta silueta perdía forma y difuminábase a lo lejos, dejando a su paso un alma herida y un corazón desecho.
Cerré los ojos con una melancólica agonía.
Sentíame desfallecer.
Tan solo llegue a ver algunas gotas rojas salpicando en el concreto.
El piso estaba frío, pero no tanto como su corazón.
FIN.
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Un alma herida y un corazón desecho
Short StoryDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...