Ella es sin duda una mujer divina, y no exagero en absolutamente nada.
Ella, con tan solo una mirada, puede enseñar a amar al ser más agreste.
Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarlos todo el día.
Y qué decir de su sonrisa, quién diría que de aquellos labios salen palabras y no avecillas.
Cuál pétalos refinados sería sentir su esbelta cintura entre mis dedos, acariciar su rostro, besar su frente, tenerla junto a mí.
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Un alma herida y un corazón desecho
Short StoryDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...