Habían pasado ya cuatro días.
Esa noche no lograba conciliar mi sueño.
El tiempo era tan fugaz, y en cada segundo yo analizaba todas las situaciones y formas de arreglar todo lo que había ocasionado, la quería de vuelta, quería que todo sea como antes, aunque ciertamente no era tan fácil, y menos con ella.
ESTÁS LEYENDO
Un alma herida y un corazón desecho
Short StoryDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...