¡Maldita sea! ¡Solo fue un sueño!
Sentía tanta rabia que estuve a punto de perforar las sabanas con mis propios dientes.
Hubiera dado lo que sea por un momento más a su lado.
Nunca en mi vida se me hizo por creer en un sueño o darle mayor importancia, sin embargo, este no fue tan solo un sueño.
En realidad sentí sus labios, sentí su piel ardiente, sentí que me amaba.
Tenía una meta entonces.
Hacer que este sueño deje de ser uno más del montón y sentir nuevamente sus labios al anochecer.
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Un alma herida y un corazón desecho
Historia CortaDicen que un hombre no llora, pero aquí estoy yo. Ella, una mujer paradisiacamente bella con una sonrisa deslumbrante, y yo un loco enamorado. Sus ojos son un pedacito de universo hecho de chocolate que se me antojan tanto comerlos aparte de mirarl...