Capítulo 64 - Recuerdos.

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Mis ojos se abrieron mas de la cuenta al escuchar sus palabras. ¿Cómo era posible que fuera capaz de romper un  hechizo como ese? Un obliviate. Era imposible. A menos que...

Draco's POV

Existía una manera, la más conocida, para romper un obliviate. Tortura. Mi tía, la queridisima Bellatrix, era una experta en el tema.

Flashback

—¡VAMOS DRACO, NO PUEDE SER QUE EL HECHIZO DE UNA MOCOSA TE SEA TAN PODEROSO!— gritó, escupiendo un poco, con los ojos bien abiertos. Acababa de lanzar su tercer Cruciatus. Y en lo único que podía pensar era en el dolor que sentía, y en el miedo que tenía de que pudiera romperme algo por cómo me retorcía del dolor. No podía evitarlo.

Comencé a respirar entrecortadamente y mi pecho empezó a hincharse exageradamente.
Luego, como por arte de magia, logré sentarme, de rodillas. Mi flequillo se pegaba a mi frente por la transpiración y mis músculos chillaban de dolor por las extrañas posiciones en las que me había retorcido. Me extrañaba que las cicatrices del sectumsempra que me había lanzado San Potter en el baño hacía unos días no se hubieran abierto, aunque supongo que Snape había hecho un buen trabajo reparándome. Pero lo que me parecía aún mas raro era porqué mi tía se había empecinado tanto en que recordara, ya habiendo pasado varios meses de lo sucedido. Supongo que eso representaba una debilidad, y yo, mortifago y miembro reconocido del mundo mágico, un Malfoy, no podía demostrar tal calamidad.

Comencé a reír entrecortadamente, tosi un poco y seguí riendo. Quise mirarla, pero al intentar levantar la cabeza sentí una punzada en el cuello, así que sólo levanté la vista, cosa que quizá me hizo verme más sombrío.

—No lograrás nada— pronuncié.

La sonrisa se borró de su rostro y sus ojos se abrieron un poco más nuevamente. Luego, comenzó a reír de esa manera macabra que la caracterizaba.

—¿Nunca olvidaste, verdad pequeño?— se acercó, tomandome del mentón y obligándome a mirarla. Comenzó a reír una vez mas, y luego de unos segundos se obligó a callar. Se relamio los dientes con una sonrisa satisfecha y volvió a hablar:— Te enseñé bien, ¿no es cierto?— rió.— CLARO QUE LO HICE— Se paró.— La oclumancia. Ese tiene que ser el secreto, ¿verdad Draquito?— no respondí. Porque ni siquiera yo lo sabía.

—Seguramente— pronuncié finalmente, con dificultad.

—O es que...—hizo una mueca como si estuviera pensando— ¡¿La amas?!— exclamó con furia. No respondí, pero ella ya sabía la respuesta. — TRAIDOR— gritó, con los ojos que parecían estar a punto de estallarle, escupiendo y relamiemdo sus asquerosos dientes. — CRUCIO— volvió a arrojarme un hechizo.

Fin del flashback

Hasta el momento en el que Leah me sostuvo en sus brazos no supe la razón por la que no había logrado olvidar. Quizá dominar la oclumancia había influido, impedía que las personas se metieran en mi cabeza, pero en ese momento supe, que jamás podría olvidarla, que ni el hechizo mas poderoso lograría borrar lo que había llegado a sentir por ella.

Luego de que le preguntara porqué lo había hecho, sus ojos comenzaron a cristalizarse. Estaba seguro que en otra época eso habría llegado a significar un triunfo para mi, pero en ese momento sólo significaba una cosa, que la estaba lastimando.

—¿Cómo...— no logró terminar su pregunta, pero sabía a qué se refería.

—¿No te parece que hubiera sido mejor decirme que no me querías, en lugar de intentar jugar con mi mente?— mi voz se tornó un poco brusca, aunque no era la intención. Sabía que mis palabras no eran ciertas, pero quería que ella misma me dijera lo que sentía.

—No creo que hubiera sido tan fácil contigo—. Respondió, quizá mas cortante de lo que hubiera esperado. Su respuesta hizo que mi pecho doliera. Me despegue de ella bruscamente.

—Si tanto quieres deshacerte de mi, ¡hazlo de una vez!— grité. —No quiero que me salves, ¿entiendes? No lo necesito. No necesito tus juegos. No te necesito a ti— solté. Apreté los dientes ante su rostro inexpresivo. Solté un grito de frustración. —¡Maldita seas, Leah!— volví a exclamar, apretando los dientes y los puños, provocando que mis uñas se clavaran en mi palma y ésta comenzara a sangrar. Volteé y caminé rumbo al castillo.

Sentí sus pasos detrás de mi, su pequeña y fría mano tomandome del brazo y tirando de mi provocando que me volteara, sus brazos rodeandome y, finalmente, sus labios sobre los mios.
Fue un beso corto, un beso que expresaba las palabras que ella no podía pronunciar, y un beso que repetiría todos los días de mi vida si pudiera.

Pero las palabras que pronunció luego de ese beso, una vez mas, rompieron mi estúpido corazón.

Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, dijo: —Adiós, Draco Malfoy.

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MAS DRAMA

Inesperado...(Draco&Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora