2.- Te conocí.

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El dolor no hacía más que aumentar a medida que el tiempo pasaba. Yoon Ji estaba desesperada, el hospital no quería atender su herida por falta de protocolo. Sin embargo, la muchacha no estaba dispuesta a ceder, se decía a sí misma, que, si lloraba, jamás se lo perdonaría. Al mirar la preocupación en su madre, que dé a poco se desmoronaba, la chica supo que tenía que aparentar ser fuerte.

Miró su ropa, estaba repleta de tierra y de su rostro no dejaba de chorrear sangre. Todo estaba siendo una completa vasca, pues a pesar de encontrarse en el estado en el que se encontraba, lo único que le preocupaba era el proyecto y los exámenes finales.

Posó la vista en su madre y sonrió. No podía simplemente expresar su preocupación, pues sabía que su salud era primordial para aquella mujer, que la veía con los ojos apuno de estallar en lágrimas.

Un doctor se acercó a ella y sonrió formando par de hoyuelos dibujados en las mejillas.

Como habían obligado a la chica a esperar en una silla de ruedas, el joven doctor se inclinó.

— Voy a revisar tu brazo. — Dijo y tomó la débil extremidad para deshacer lo que los paramédicos habían hecho.

YoonJi se asustó al mirar la expresión en aquel muchacho.

— Esto debe de ser revisado cuanto antes. — Espetó. — Es una fractura expuesta y si se queda de esta forma por más tiempo, puede llegar a formarse una infección. —El doctor miró el rosto de la chica y lo reviso. — En un momento arregló eso, espera.

El joven sonrió y se acercó a la madre de YoonJi para hablar con la mujer.

La chica suspiró, lo único que deseaba era hablar con JungKook y disculparse por no poder terminar el proyecto.

El doctor se alejó con la madre de la chica, dejándola completamente sola en la sala de espera; los demás pacientes la miraban con extrañeza, pues al parecer era la persona que más llamaba la atención. Un joven se sentó a su lado y sonrió.

— ¿Te peleaste? — Preguntó.

Yoon Ji, miró al muchacho, repleta de sorpresa, era atractivo. Su piel levemente bronceada y sus clavículas marcadas eran su sexapil. Por si fuera poco, aquel chico disponía de una sonrisa rectangular demasiado adorable.

Yoon Ji negó con la cabeza.

— ¿Eso parece?

El desconocido asintió.

— Sí.

— Pero no es así, me han atropellado. Una motocicleta. — Respondió.

De inmediato, el joven formó una extraña mueca y negó.

— Maldición. Escuche al doctor decir que fue una fractura expuesta ¿Qué es eso?

— Se ha salido mi hueso.

De nuevo el rostro del chico se desfiguró.

— Demonios, chica.

— Sí...

Yoon Ji se había quedado en blanco, no sabía si era necesario mantener la conversación con vida.

El desconocido sonrió.

— ¿Ya has visto tu hueso?

Yoon Ji, negó con la cabeza.

— Eso quiero, pero no puedo mover mi brazo.

El muchacho asintió.

— Por lo menos estás con vida. — Se encogió de hombros y sacó su móvil.

You can be my Daddy  |Jin BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora