21.- Sick.

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YoonJi se encontraba en un muy serio problema, Hoseok número dos, se había ganado a su hermano con demasiada facilidad y ella ni siquiera estaba segura sí sucedería algo con WonHo. Sin embargo, Yoongi se había pasado toda la noche recalcándole lo suertuda que era por haber encontrado a un tipo tan genial.

Incluso, esa mañana cuando salió, Yoongi se tomó la molestia de enviarle saludos, cuando ella, ni siquiera se iba a encontrar con el muchacho.

Subió en el bus y se colocó los audífonos, ver a SeokJin era siembre una nueva aventura. Le gustaba.

La música comenzó a rondar por sus oídos y sin querer, Ji miró por la ventana, no sabía por qué siempre que hacía eso, se imaginaba en un vídeo musical y terminaba pensando que, si fuera director en alguno, sería un gran éxito. En su mente, los transeúntes bailaban al ritmo de la música y Yoonji veía pasar su día en un rito demasiado movido. Era estúpido, pero también divertido.

Cuando llegó a su parada, bajó del transporte y cruzó la gran avenida atestada de personas, eran las 14:00 hrs y el bullicio no la dejaba ni respirar, llegó a su segundo destino y esperó el tren que la llevaba por fin al barrio de SeokJin.

Era demasiado aburrido tan sólo escuchar música, posó la vista en los demás pasajeros en el tren, escudriñándolos con la mirada, una señora obesa cargaba a una pequeña niña que miraba por la ventana. De pronto, el hombre enfrente suyo se puso de pie y le cedió el asiento. Ji miró a un hombre cargando un par de grandes cajas, la chica creyó que eso era mucho más pesado que una niña, no obstante, nadie se molestaba en cederle el asiento a aquel pobre hombre. Suspiró, decepcionada por aquella hipócrita sociedad y se pudo de pie, llamándole al extraño.

Desconcertado por aquel increíble hecho, el desconocido le dedicó una reverencia a YoonJi y se sentó, soltando una exclamación de alivio al sentir descansar su espalda. Ji sonrió y se acercó a la entrada del vagón, esperando su parada, aún faltaban un par de estaciones más. Desbloqueo su teléfono y entró a una pequeña aplicación para leer el fanfic de una de sus autoras favoritas, no había podido leerla esa mañana, pues se había despertado tarde y a SeokJin le encantaba la puntualidad.

— No puedo creer que Ji Yong engañara a Seung Hyun con YoungBae. En el fondo lo sabía... — Dijo, con voz apenas audible, bajando la pantalla en busca del final de capítulo.

Finalmente llegó a su destino. Las puertas se abrieron y la chica guardo su móvil para bajar y continuar caminando.

Era realmente extraño, por qué le había enviado a Jin miles de mensajes para preguntarle si ya se encontraba listo, pero ninguno obtuvo respuesta ¿Sería posible que Jin se olvidará acerca de su encuentro? Ji esperaba que no fuera el caso, pues el tiempo y el dinero que gastaba de su casa a la del doctor no era ningún juego.

SeokJin vivía en Gangnam, uno de los barrios más populares y caros de Seul y no era realmente extraño, pues el joven podía pagar lo que quisiera. Su vida y su trabajo parecían ser perfectos. Sin embargo, la chica tenía que reconocer que no conocía realmente nada sobre el muchacho. 

Llegó al edificio en donde se encontraba el departamento del muchacho, Ji suspiró y entro, había un montón de timbres con números aun lado, buscó el de SeokJin y presiono el botón.

— ¿Diga? — SeokJin respondió en el acto, con voz débil.

— ¿Jin? Soy yo, Ji. — Dijo la chica.

Jin tocio un par de veces.

— Cariño... sube, te abriré.

La comunicación se cortó, Ji se dirigió al ascensor y presiono el botón que llevaba al piso en donde se alojaba SeokJin, el penthouse.

You can be my Daddy  |Jin BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora