32.- La Bikina.

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La primavera estaba cerca, pues el abrasante Sol acariciaba la piel de los transeúntes que, obligados por sus rayos, tenían que salir cubiertos de bloqueador. YoonJi caminaba directo a su casa junto a WonHo, conversando sobre lo cercano que se encontraban los exámenes de admisión. La chica estaba extremadamente nerviosa y por supuesto preparada. Se había encargado de estudiar cada libro, cada artículo, cada nota, en resumen, cada texto que llegaba a sus manos referentes a la medicina. Se conocía y sabía que cuando algo se le metía entre los ojos nos descansaría hasta lograrlo, era una cualidad que compartía con su hermano.

WonHo asentía escuchando con atención a la joven recitar pequeños fragmentos de su guía de estudios, una y otra vez sin hartarse. Le gustaba ver a Ji superarse y a pesar de haberse prometido alejarse de la chica, no había podido lograrlo, por qué estaba tan enamorado que podía nadar en sus sentimientos.

Al llegar a la cuadra, Ji miró un extravagante auto aparcado fuera. El estómago se le revolvió enseguida, pues pudo imaginar de quien se trataba. Tomó a WonHo por el brazo y lo obligó a detenerse, mucho antes de llegar a casa. El joven la miró desconcertado, frunciendo el ceño.

— ¿Pasa algo? — preguntó.

Ji esbozó una sonrisa nerviosa y negó.

— No lo sé, pero me huelo a que mi hermano debe de tener una junta de trabajo en casa. Será mejor que vayamos a otro sitio. — declaró, aferrándose al muchacho.

WonHo levantó una ceja y formó un rictus.

— ¿Junta de trabajo? ¿Eso pasa?

— ¡No lo sé, Hoseok! Vámonos.

Cuando por fin logró que el muchacho aceptará, la puerta de su casa se abrió dejando ver a un Yoongi demasiado sonriente. YoonJi bufó, pues sabía que su hermano no los dejaría partir jamás.

— ¡Ji, Hoseok! ¡Vengan acá! — Exclamó el chico.

WonHo posó la vista en su acompañante esperando su aprobación. Ji sonrió y terminó por asentir, caminando hasta su hermano mayor, con el joven pisándole los talones.

YoonJi sentía que estaba a punto de explotar, su estómago estaba terriblemente revuelto, el mareo y las náuseas se arremolinaban en su interior. Se obligó a inhalar y a exhalar antes de entrar en la casa, sintiendo como las piernas le temblaban y las manos le sudaban.

No por favor no... no me hagas esto, por favor.

Se repetía incontables veces.

De pronto, la voz que tanto estuvo anhelando y despreciando todos esos meses se escuchó desde la sala hasta la entrada.

— ¿Quién es? — completamente ajeno a lo que estaba ocurriendo, WonHo preguntó.

Yoongi esbozó una dulce sonrisa y respondió.

— Mi cuñada viene con su prometido. Estaban esperando a que toda la familia estuviera reunida y bueno, ahora que han llegado, todo está listo.

— ¿Mamá y papá están aquí? — cuestionó YoonJi reconociendo la cansada voz de su madre.

Yoongi asintió.

La chica cerró los ojos y deseo mil veces estar soñando, mientras se quitaba los zapatos para poder entrar. Al dejar sus converse en la puerta, observó unos finos zapatos de caballero que pudo distinguir. El alma le dolió y de nuevo sintió su corazón romperse.

— Entonces supongo que no debería estar aquí. Es decir, no soy un familiar. — WonHo miró a Yoongi avergonzado.

YoonJi se giró para ver al muchacho, completamente alarmada y lo tomó de la mano.

— ¡No puedes irte! — exclamó — Es decir, quiero que estés aquí.

Yoongi asintió secundando a su hermana.

— ¡Oh, vamos Hoseok! No puedes salirme con esa sandez de que no eres parte de la familia. Llevas demasiado tiempo saliendo con esta loca.

Hoseok intentó negar para evitar malos entendidos, pero YoonJi fue más rápida.

— Sí, Hoseok. Llevamos demasiado saliendo.

El chico miró a YoonJi, anonadado y fue suficiente para convencerlo; ambos caminaron hasta la pequeña sala de estar, tomados de las manos, sin saber lo que les esperaba a continuación.

SeokJin se encontraba sentado junto a JiWoo, con las manos entrelazadas, sonriendo y conversando con los señores Min y Hoseok. WonHo saludo a los presentes con una reverencia, mientras Ji luchaba por evitar la mirada del doctor.

Y entonces, su lucha dejó de tener sentido cuando escuchó a SeokJin saludarla como si no la hubiera visto desde hace años. Como si siguiera siendo la misma niña que atendió tres años atrás. Cómo si no la hubiera amado nunca y no la amaría jamás. 



Antes que nada, perdón por el capítulo tan corto,  pero estoy cansada. Mucho,mucho. 

Ahora, quiero platicarles algo. 

¡Por fin voy a ser profesional! Ya me llegó el correo de aceptación para una de mis novelas y bueno... estoy más que feliz. Veo cerca la realización de lo que estuve soñando por años. 

Lxs pondré al tanto sobre el proceso TmT, estoy very happy. 

Pd... no sabía que nombre ponerle al capítulo y le puse la Bikina  por qué es mi rola fav. 

You can be my Daddy  |Jin BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora