46.- Talego sentimental.

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La oficina del Doctor SeokJin estaba completamente cerrada, había pedido permiso para ausentarse a sus dos próximas clases sin dar explicación alguna. Incluso le había pedido a JiWoo que no lo interrumpiera por ningún motivo.

Pero había algo raro en aquella situación, Hoon YoonJi tampoco estaba cerca. Ni siquiera sus amigos conocían su paradero.

Y esta era la razón:

Dentro de la oficina del atractivo traumatólogo, los gemidos se escuchaban en cada rincón, SeokJin tenía a YoonJi sentada sobre el escritorio, penetrándola con una fuerza moderada pero erótica, la joven, desnuda de la cintura para abajo y con el sostén torcido; besaba al muchacho con un frenesí incontenible que no deseaba parar. Mordía y succionaba sus labios sin perder el tiempo, halando la camisa del muchacho con la intención de arañarlo.

SeokJin podía sentir el sudor sobre su frente, pero no podía detenerse. Estaba seguro que el lugar apestaba a sexo y que corría peligro de ser descubierto, pero ¿Qué más daba? Adoraba follarse a aquel monumento de mujer que le gemía su nombre en el oído. Disfrutaba golpear su trasero y escuchar sus quejidos, era adicto a los labios de YoonJi y no estaba dispuesto a renunciar a ellos jamás.

Repentinamente, salió del interior de la muchacha y la giró para recostarla sobre el escritorio, introdujo su pene una vez más y continuó con la penetración. Ji se mordía el labio y balbuceaba un par de cosas inentendibles. SeokJin palmeo el trasero de la chica y se inclinó para acariciar su cintura y acomodarse.

— Carajo YoonJi, me encanta follarte, me encantas — musitó, sintiendo la cúspide del placer asomarse.

Suspiró e inclinó la cabeza hacía atrás.

Por supuesto, YoonJi respondió, sin embargo, fue imposible para Jin comprenderla. De pronto, sintió las piernas de la joven flaquear, indicándole que había llegado al orgasmo.

(****)

Mientras SeokJin ordenaba su oficina, YoonJi acomodaba su ropa y retocaba su maquillaje. Cogerse al doctor siempre la dejaba tan agotada, pero no podía dejar de hacerlo.

Jin se acercó a ella y la beso en los labios. Esbozó una sonrisa impía y acarició la mejilla de la chica con cariño.

— Hablaré con mi padre mañana, lo prometo — declaró el muchacho.

YoonJi asintió y le dedico una adorable sonrisa a su amante.

— Eso espero — sentenció.

SeokJin comenzó a reír y rodeo su escritorio para sentarse sobre su silla.

— Probablemente sea necesario que me acompañes, te llamaré en la noche — dijo y revisó los desordenados papeles que había sobre el sitio.

— Perfecto, supongo que me iré a mi siguiente clase. Nos vemos mañana — YoonJi se acercó a su profesor para besarlo por última vez. Caminó hasta la salida y abrió la puerta lista para marcharse.

Al quedarse a solas, Jin tuvo tiempo para pensar lo que estaba a punto de hacer y de pronto una idea terrorífica cruzo por su mente como un destello ¿Era YoonJi suficiente como para perderlo todo por ella?

(****)

YoonJi caminó por el pasillo sin poder borrar la sonrisa de su rostro, salió del área de profesores sin percatarse de la presencia de una persona.

JiWoo lloraba oculta entre los trofeos del campus, después de haber escuchado lo que sucedía en la oficina de su prometido y de ver salir a YoonJi no cabía duda alguna, lo que YoonGi le había contado era por completo una realidad.

You can be my Daddy  |Jin BTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora