C4:Paparazzis

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Aún no puedo quitarme el aroma a vainilla de mi cabeza y mucho menos esa sonrisa

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Aún no puedo quitarme el aroma a vainilla de mi cabeza y mucho menos esa sonrisa. Se, por todos los cielos que esa sonrisa la he visto en algún lugar... en alguien. Me muerdo el labio inconscientemente, se de ante mano que no voy a dormir hoy por que mi mente estará pensando quien es el dueño. Por lo menos eso pensaba antes de que el taxi en donde vengo frene de golpe.

—disculpen pero hay una gran bola de gente frente a la editorial a donde ustedes van— se disculpa el conductor de mayor edad, Alex y yo no le hacemos caso si no, a lo que dijo.

Y, en efecto... hay muchísimas personas. Muchos de estos con cámaras otros, hablando frente a ellas con micrófonos inalámbricos o con alguna grabadora o libreta. Reconozco a los periodistas de Seattle Times, Seattle Publishing, Puget Sound entre otras más. Todos afuera de la editorial donde yo trabajo.

Una vez que el taxi logra llegar a la puerta del edificio, salgo hacia la multitud de periodistas. Parpadeo varias veces cuando el flash de muchas cámaras dan directo con mi cara. El ruido no se hace esperar.

—Seattle Times, estamos con Alaska Stone... ¿nos podrías conceder una entrevista...?— y así varios periodistas de todas las revistas conocidas, no conocidas comienzan a hablar hasta hacerse inaudibles por todo el ruido que ellos mismos provocan.

Con trabajo y con ayuda de Alex apenas si logro llegar a la recepción del edificio donde mi novio, Clark y Peter están aguardando a mi llegada.

—¿desde cuando mi mejor amiga es famosa?—se burla Alex y yo solo lo fulmino con la mirada. Suspiro pesadamente cuando los guardias del edificio hacen de todo por contener a la multitud.

—es la prensa de casi todo el norte de Seattle—explica Peter— ya ha llegado la noticia de que harás la portada de Ares Cox— mi cabeza palpita con la sola mención del chico de ojos color cielo— la familia de Ares es famosa

—si es famosa entonces, ¿por que yo no la conozco?—pregunto, irritada mientras entro a mi oficina que esta a un lado de Seth y una de mis mejores amigas. Solo consta de un escritorio de color caoba llena de bocetos, pinturas, pinceles... todo lo que tenga que ver con arte y libros. Hay un sillón color morado en frente de mi escritorio y hay varias vitrinas donde están las portadas que a mi equipo y a mi, nos han llevado al éxito. Clark que es un chico de unos treinta años, tez morena y con rasgos africanos me mira, como si fuera una cosa que necesita ser escrutada más a fondo.

—¿porqué hay tanta gente ahí afuera?—pregunto, una vez sentada en la silla con ruedas que amo tanto. Alex se despide de mi casi corriendo ya que le acaban de llamar por una emergencia en el hospital.

—cariño, deberías verlo por ti misma— me dice Seth— simplemente busca Ares Cox—añade y yo, tecleo como una loca en mi computador esperando la dicha información. No tarda ni diez segundos cuando se despliega miles de páginas solo para el odioso. Abro la primera página que, ha sido actualizada hace tres horas. Justamente es la de Seattle Times.

Maldita Realidad #2 (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora