—Tu hipótesis debería funcionar, ya veremos después con quien lo pruebas— dice Asher mientras lo dejamos en su trabajo que si, el es diseñador de autos en BMW por eso trae uno único—nos vemos después, Alaska—se despide de mi y de Scott. Cuando Asher desaparece en la puerta de la agencia Scott arranca el auto
—en la mañana a marcado tu hermano— dice el— le ha gustado la portada y ya tiene listo el primer libro—lo miro, atónita
—¿ya lo tiene en físico?—pregunto— ¿cuando lo traerá?—Scott se ríe
—si, ya lo tiene— me responde— con nuestra portada y tú serás la primera en leerlo—la emoción crece en mi en pasos agigantados
—hoy se hará una cena en la mansión de Adán— anuncia— y te daré el libro— sonrío, por fin lo leeré—pero necesito que duermas, preciosa—su semblante cambia— por favor...
—solo si te duermes conmigo— respondo
—no pensaba irme—me sonríe de lado— Alaska, eres hermosa— dice y trato de no sonrojarme. Toco su mano que no esta sujetando el volante y frena de golpe. Frunzo el ceño, no he dejado de tocar su mano pero parece que el no esta aquí
—Scott...— hablo pero no me escucha, esta muy embobado y fascinado con lo que esta viendo pero lo único que yo veo es la carretera. Frunzo el ceño y quito mi mano, Scott vuelve a la realidad poco a poco
—me estabas mostrando un recuerdo, nuestro primer beso— su voz es aterciopelada, recordando el momento— Alaska, ya tienes mi último poder... puedes enseñarme tus recuerdos— sonrío—no hay día que me encantes más
—te amo— el se acerca a darme un beso y con ese simple gesto hace que me olvide completamente de todos los problemas.
—He preparado cerezas y fresas, junto con vino—interrumpo a Scott, me muerdo el labio mientras veo el torso desnudo y bien formado de el, cada músculo se mueve en perfecta sintonía con cada movimiento que el da.
Por dios, aquí hace calor.
El deja la playera a un lado y hace como si no se diera cuenta de las miradas que le doy. El se sienta en el sillón negro y con un gesto de su mano me señala al lado de el para que me una.
Sin rechistar me apresuro y hago lo que dice, solo que Scott me pasa una mano suya por mi cintura haciendo que la corriente eléctrica incremente.
Malditas. Sean. Las. Hormonas.
—Cherry, ¿qué quieres hacer?—el muy condenado me comienza a dar besos en el cuello— los gemelos salen en dos horas...— pero no lo dejo terminar por que me subo encima de el, los ojos de Scott se vuelven amarillos
—me encantan todas tus facetas, preciosa— le doy varios besos ahí donde se que vuelve loco a Scott, en las clavículas— pero definitivamente esta es mi favorita— el comienza a quitarme mi playera y lo logra sin ninguna complicación, dejándome en sujetador. El se sienta y muerdo su labio.
—maldita sea, me vuelves loco—gruñe mientras ataca mis senos por encima del sujetador y el, con cuidado pero con prisa me lo quita de un tirón dejándome expuesta. Un escalofrío recorre por completo mi columna, cierro los ojos para saborearlo y cuando los abro, un Scott con una sonrisa maliciosa y ojos verdes me cargan, enredo mis piernas alrededor de su cintura pero se que no le cuesta trabajo ya que para el no peso nada, me lleva a mi habitación y cierra la puerta.
—cierra los ojos Cherry— eso hago, con mi corazón latiendo a tope. Mis demás sentidos se agudizan y doy un grito cuando Scott me empuja en la cama y comienza a besarme cada parte de mi cuerpo, mis senos, mis brazos, mi boca... cuando sus besos caen en mi cintura me retuerzo por el placer. Lo único que se oye son nuestras respiraciones agitadas y ansiosas. Después, puedo sentir los labios de Scott en mi boca pero no para un beso, me ha dejado una cereza.
Los dedos de Scott quitan con rapidez mi pantalón llevándose consigo todo, estoy expuesta ante el. Soy suya y el, el tiene el control.
—extrañe tanto esto Cherry...—su voz se oye ronca—extrañe como tu cuerpo reacciona ante mi— y justo en ese momento siento como sus dedos se introducen en mi y hacen que grite. Scott los mueve lento y profundo, saboreando mi cuerpo, saboreando cada fibra de piel mía. Millones de sensaciones se expanden en mi pecho que no soy capaz de hablar y me hace explotar cuando Scott introduce su lengua. Carajo, mis piernas comienzan a temblar pero el no se queda ahí, se para. Cesa sus movimientos y de una embestida me penetra, el calla mis gemidos con sus exquisitos labios y me permito abrir mis ojos. Scott tiene una capa ligera de sudor y tiene los ojos cerrados disfrutando este momento y hago que me bese, el con gusto lo hace, me muerde, me chupa, me besa, me acaricia hace lo que sea para que lo sienta.
Las embestidas van aumentado, así como el temblor de mis piernas y las contracciones de mi cuerpo. Muerdo la cereza y hace que aumente este momento, otro sabor, una experiencia nueva.
—vente para mi, preciosa—susurra y mi cuerpo explota. Todo en mi es liberado mientras Scott se viene. El, una vez que termina me abraza por detrás y me da un beso tierno.
—me encantas— sonrío
—¿te quitaste la playera para provocarme?—pregunto, entrecerrando los ojos
—no—pero sus ojos no cambian a azul claro
—claro— me río— ¿sabes cual se ha convertido en mi sabor favorito?
—no, ¿cual?— pregunta curioso
—la cereza—me sonrojo y el se queda pensativo
—el sabor de la cereza y unos besos tuyos... buena combinación— lo beso
—¿sabes? podemos...— muevo mis caderas, provocándolo. El me mira pícaro
—luego no digas que yo te provoco— se ríe—lo que usted desee, para mi son ordenes—me río, mientras volvemos a hacer el amor.
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Maldita Realidad #2 (DISPONIBLE EN FÍSICO)
FantasyCon sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Alaska Stone no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los dí...