Con sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Alaska Stone no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los dí...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos días son los que faltan para mi boda con ella. No he podido pensar en otra cosa que no sea Alaska caminando hacia mi con un vestido blanco. No he podido si quiera separarme de ella... no puedo evitar las ganas de besarla y decirle que la amo cada vez que miro la joya que descansa en su mano derecha. No puedo describir como los nervios y la emoción me están consumiendo por dentro... por dios.
—Scotty, podrías pagar ya— interrumpe mi mejor amigo, parpadeo mientras miro a la chica del hotel en donde me hospedaré con mi chica. No quiero que tenga una despedida de soltera común... la quiero pasar con ella... como un último viaje siendo novios. He viajado hasta el otro lado del mundo para preparar todo y espero que Alaska le encante—quiero ir a comprar mi traje para tu boda—se queja y enserio quiero ver a mi mejor amigo formal... no le gusta y si algo le molesta yo, por ser su mejor amigo tengo que molestarlo el doble
—tack för din tjänst, vi ses snart— agradezco a la chica que me estaba atendiendo, esta me mira con desdén. Le gusto pero le deje en claro que venía con mi prometida— venga, que Asher nos esta esperando—Dominic asiente mientras salimos del establecimiento. El aire gélido nos golpea y gruño dentro de mi, aquí hace demasiado frío. Caminamos con dificultad por la nieve hasta ver a mi hermano recargado en el auto que rentamos.
—¿no tienes frío?— digo y el niega
—no molesta el frío si estas con la ropa adecuada—apunta y Dominic pongo los ojos en blanco— ¿podemos ir a la cafetería?—pregunta—no puedo perderme la oportunidad de tomar un chocolate sueco
—venga, vamos— dice Dom y casi me río al ver que en pocas ocasiones mi hermano y mi mejor amigo están de acuerdo en algo. Dejamos el auto y los tres caminamos a una cafetería pequeña, que apenas puedo notar que no es una cafetería si no, un bar. Hay varias personas pero no nos hacen caso cuando nos sentamos en una mesa al lado de la ventana. Dominic esta en frente mío y a mi lado, Asher. Un mesero se acerca y tanto Asher y Dom piden un chocolate... yo, una cerveza. También pedimos un poco de papas—no puede ser que ya te vayas a casar, hermano— comenta Asher— a tus 160 años— ruedo los ojos
—Dominic tiene 220, cierra la boca— me quejo y Dominic gruñe— me da gusto que se lleven un poco mejor—halago
—he aceptado que mi actitud es más centrada y lógica—dice Asher—y la de el, muy instintiva
—ni loco voy a estar con una chica genio al igual que tú— se burla Dom— ¿sabes qué? mesero, traiga cuatro shots de el alcohol más fuerte que tenga— el mesero lo oye y rápidamente los trae. Uno para Asher, uno para mi— ¿qué? dos para mi— me río, lo hizo para no seguir hablando, no quiere llegar al tema de que aún no ha encontrado a su alma gemela—brindemos por ti, querido Scotty—eso hacemos y trago el líquido color ámbar este, me quema. Pero, me gusta.
Pierdo la cuenta de cuanto alcohol hemos digerido y solo oigo las risas de nosotros tres, mi tambaleo se hace presente cuando me levanto. El mundo me da vueltas pero puedo ser un poco consiente de lo que hago... por lo menos yo. Asher y Dominic no están en optimas condiciones.
