C27:No es mi padre

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No puedo controlar la ira que estoy sintiendo en este momento, mientras doy un golpe tras otro en su cara mis lágrimas no paran de salir

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No puedo controlar la ira que estoy sintiendo en este momento, mientras doy un golpe tras otro en su cara mis lágrimas no paran de salir. Estoy harta de sus mentiras, estoy harta que mi madre solo venga a causar caos en mi vida, estoy harta de que me haya mentido todo este tiempo... el nombre Leah retumba en mi cabeza, Brent me lo dijo... me dijo que pensaba ponerme Leah. ¿Cómo no escuche nada antes?

La adrenalina hace que no me duelan los nudillos, hace que no pueda sentir nada... ni siquiera lastima por Eva. Oigo la voz de Adán a lo lejos... de mi verdadero padre y sus manos se aferran a mi cintura tratando de quitarme de su alma gemela. Pero no lo logra y me da gusto porque solo quiero matarla, quiero asesinarla...

—¡hija basta!—grita Adán, esa simple palabra viniendo de el se siente como un balde de agua fría. Y con eso, me detengo.

Mi respiración es irregular y demasiado agitada, es cuando me permito ver cuan dañada esta mi madre. Tiene el labio partido, la ceja abierta y una nariz desfigurada... sus ojos son de un rojo vivo, de uno demasiado intenso. Me daría miedo su simple mirada pero lo único que ocasiona es satisfacción por verla así. Me quito de encima de ella, miro mis nudillos y están llenos de moretones, están abiertos... puedo notar el rojo ardiente de mi piel abierta.

—lo hice porqué todos te querrían— gruñe Eva, tosiendo sangre— porque todos quieren tu poder y más aún porque tu padre es el único que puede hacer que lo desarrolles...— me mira— por eso mentí, porque tu ya habías desarrollado tu único poder de acompañante

—¡no me vengas con eso!— grito— ¡no digas que te preocupo! ¡no mientas!— grito, las lágrimas no dejan de caer— ¡no me salgas ahora que me quieres por todo lo que me has hecho pasar!— Eva se levanta, sus ojos ahora son azul claro

—a los minutos de haber nacido tú convertiste en cambiante a tu hermano— me quedo quieta, me quedo en shock— Logan era un humano, era un simple humano— responde- pero tú, con tus ojos verdes lo miraste y los ojos de Logan pasaron de ser azules a arcoíris— no...— supe desde ese momento que tú eras importante y mentí, le mentí a mi propia alma gemela... que solo Logan había nacido— explica—y me escapé contigo hasta que

—encontraste a Brent— termino por ella y la odio cada vez más

—el se enamoró perdidamente de mi...— pero la corto

—¿y Grecia?— pregunto— ¿ella es su hija?— pregunto a ambos pero solo Eva se me queda viendo con un semblante vacío. Ahí, comprendo

—no, no es nuestra hija— y la maldita realidad cae hacía mi, sin piedad— le he pedido a John que mintiera, Grecia es hija de una humana, ex pareja de Adán— mi padre, frunce el ceño— su madre, Pandora Murphy murió dándole a luz— no lo puedo creer— su padre, era un drogadicto que murió antes de que ella naciera

—no... no...— antes me consolaba la idea saber que Grecia era mi media hermana ahora, no es nada. Ella y yo no tenemos ningún parentesco. No somos nada.

—me la dejaron, y pague a alguien para que hiciera creer que Brent tuvo dos hijas— la miro, la quiero matar— ni Grecia, ni tú llevan su apellido

—¡no tienes corazón!— grito— ¿sabes cuanto daño has hecho?

—losé pero no me arrepiento— mi enojo incrementa—yo no miro al pasado, no pienso en mis errores y tampoco el daño que he ocasionado porque no me permitiría seguir con mi presente

—ojalá estuvieras muerta— sentencio, mis manos siguen ardiendo

—no se curarán, por el estado de shock que tienes tu cuerpo no puede curarse— dice, al notar que me quedo viendo a mis nudillos—dile a Scott que te cure muy bien— sonríe maliciosamente. Ella ya esta completamente curada excepto por su nariz— una cosa más, Leah— la miro— la verdad la comprenderá, ofrece la recompensa deseada y vive con la decisión que el tome hasta el final de sus días— la repaso mentalmente pero como todas sus predicciones no las comprendo. Quiero volver a golpearla pero ella, desaparece dejándome sola con Adán.

El se limita a verme, con un brillo extraño en sus ojos.

—te llevaré a casa— dice y sale del edificio. Lo sigo, el aire gélido de la madrugada cae directamente en mis nudillos y me muerdo la mejilla para evitar gritar de dolor. El me abre la puerta de su ferrari negro y sin protestar lo hago, los interiores son de piel y hay muchísimos botones de los cuales solo la mitad entiendo.

Esta nervioso y se muerde la parte interna de la mejilla. Igual que yo... ¿cómo no lo note antes?

No dice nada pero se que me esta cuidando como un tesoro.







—¡Alaska!— grita Scott en cuanto me ve salir del auto de mi padre, el chico de quien estoy perdidamente enamorada tiene su cabello revuelto, se ha pasado muchas veces las manos, tiene su celular en la mano izquierda y en la otra, las llaves de su hummer. Estaba por salir a buscarme. Sus ojos son de un morado brillante

—yo...— digo pero los brazos de Scott me envuelven en un abrazo, el respira mi aroma y parece no querer soltarme

—no vuelvas a hacer eso— pide, abrazándome más fuerte— casi me da un maldito infarto pensar que algo te había pasado— y si, muchas cosas me pasaron

—Leah— la voz de mi padre interrumpe nuestro momento. Scott luce más que confundido por como me dijo— hablamos mañana, necesito decir y compartir muchísimas cosas contigo— asiento y el no duda en abrazarme, y casi se lo devuelvo. La seguridad en mi misma aumenta cuando mi padre esta cerca mío. Sus ojos se vuelven rosas y se aleja con su auto. Scott y yo nos quedamos solos y el, luce más confundido que nunca.

—no quiero hablar...—empiezo— léeme la mente, por favor— el asiente y se me queda viendo. Siento como si pasara una eternidad pero se que solo son unos minutos llenos de miradas de asombro, confusión, ira y un cambio de color constante de sus ojos. Cuando creo que termina, me mira mis nudillos y parece que se le salen los ojos de las órbitas. Comienzo a reírme en medio de la calle a las dos de la mañana es lo único que se oye en toda la calle, mi risa.

—¿es enserio?— pregunto, viendo como Scott examina mis nudillos con sumo cuidado— he descubierto que tengo un hermano gemelo, mi verdadero nombre es Leah Cox, mi padre es Adán, mi hermana no es Grecia y tú sólo te preocupas por mis nudillos— Scott sonríe de lado

—tú seguridad, así como tu bienestar son mi prioridad— contesta mientras se quita el abrigo que trae y me lo pone en mis brazos— tus problemas son mis problemas pero uno de los debe tener la cabeza fría cuando le digas a tu padre toda la verdad— señala atrás mío y noto el carro de policía llegar, Malia Davis me mira y sonríe. Brent frunce el ceño, se despide y baja del auto para reunirse junto a mi y a Scott

—¿qué hacen a estas horas aquí afuera...?— pero lo interrumpo

—necesitamos hablar— digo, mientras Scott me trata de sobar mis manos

—aquí estoy, preciosa— susurra— no dejaré que te derrumbes, recuerda que a donde tu vayas yo iré, la decisión que tomes yo te apoyaré y si te caes, yo te levantaré— asegura y tomo con cuidado sus palabras. También, trato de hacer que mi cerebro funcione y sepa como decirle a mi padre que no es mi padre. Pero ninguna oración, ninguna palabra se me hace lo suficiente para decirle al hombre que cuido de mi toda mi vida que no soy su hija.

No eres mi padre.

—¿qué?— pregunta Brent con los ojos puestos en mi, lo he dicho en voz alta.

No estoy preparada para destruir a Brent Stone.



Maldita Realidad #2 (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora