¿Qué hace Brent Stone, mi padre con una mujer increíblemente guapa comiendo comida japonesa?
Y sobretodo, ¿porqué no me lo había dicho? ¿Y porqué ella tiene un anillo precioso de matrimonio?
Houston, tenemos un problema.
—¿Alaska?— pregunta Scott con el ceño fruncido— ¿qué pasa? ¿Porqué pensaste en Houston...?
—mira por ti mismo— volteo su cara hacia el fondo del restaurante, mi padre esta de frente con esa chica. Aún no se da cuenta que lo estoy viendo. Las sorpresa invade la cara de Scott
—¿Es...?— yo, solo asiento— ¿tu padre tiene novia?- pregunta
—según yo, no— gruño— ¿porqué no me lo había dicho?
—preciosa, debes entender a tu padre— interviene—no esta listo, debe de tener sus razones— aprieto los labios, ¿no me tiene la suficiente confianza para decirme que estaba saliendo con alguien?. La miro con más detenimiento, es hermosa en toda la extensión de la palabra
—¿porqué no solo me lo dijo?— mi ánimo decae— ¿no soy de confianza?— Scott me mira, serio
—a ti, te daría mi vida—asegura— no pienses eso, calma
—Alaska— la voz de Seth me interrumpe— todavía sigue en pie sobre ir con mis padres— me doy una cachetada en mi mente, ¿cómo lo olvide?— tienen muchas ganas de verte— añade con un poco de esperanza
—yo...— carajo, no se que decir
—¿a dónde irán?— pregunta Scott, fulminando a Seth con la mirada
—Vancouver—responde, Seth le devuelve la misma mirada—pero de ahí partiremos a un lago
—perfecto, ¿no te importará tener compañía verdad?—alza su ceja derecha, retándolo
—Scott...— no se porque sigue de celoso, el tiene ya a Cassidy
—la tiene pero te quiere muchísimo como para hacerte a un lado— me susurra— ¿entonces, Walk?
—si va Cassidy, por mi perfecto— las mejillas de Seth se tiñen de un rosa muy leve
—genial, la castrosa— susurra Scott para Cassidy y segundos después, Scott se soba su pierna izquierda. La rubia le ha dado un golpe por debajo de la mesa. Me río, un poco
—entonces, partimos mañana por la mañana— Scott asiente, no me gusta pararme temprano los sábados. De hecho, ningún día de la semana me gusta pararme temprano. Asiento, mientras vuelvo mi vista hacia la mesa de mi padre, ambos están comiendo lo que yo hace unos momentos, arroz al vapor. Sonrío un poco a mi pesar, ya que ella le esta enseñando a usar los palillos.
Mi sonrisa se borra cuando se besan y, de inmediato me levanto en dirección hacia su mesa.
Todos en la mesa se quedan quietos cuando Alaska se levanto de la nada, Asher me mira y no es necesario hablar para que sepa que debe hacer como si nada y seguir con la comida. En seguida, la sigo pero es demasiado tarde para impedir que llegue a la mesa y el señor Stone la mire con cara de suma sorpresa.
Hubiera evitado todo esto si controlo a Alaska con mis poderes. Pero, me he prometido no hacer algo que ella no quiere, ya no. Fue fácil implantar la fantasía momentos después de la muerte de James ya que aunque ella no se sentía segura, cuando me le acerco ella consigue esa pequeña sensación de seguridad... y por eso lo hice. Reitero, sigo sin poder creer que su madre haya puesto ese bloqueo. ¿Qué carajos esconde?
—Hola, A...Alaska— dice el señor Stone y cuando me posiciono al lado de mi chica este me mira con cara de pocos amigos
Soy novio de tu hija, no Seth.
Lo obligo con mis poderes y el deja de mirarme así haciendo que centre toda su atención en el problema que tiene en frente. Más bien, una Alaska resentida.
—Hola, papá— ella sonríe forzadamente— no sabía que estabas aquí y mucho menos con alguien— la mujer de tez morena sonríe un poco sin entender la situación
—he tenido una hora libre y he venido a comer— explica—ella es Malia Davis— la presenta— trabaja conmigo, es la encargada de entrevistar a los criminales—Alaska entrecierra los ojos— Malia, ella es mi hija... Alaska Stone
—un gusto, tu padre me ha hablado muy bien de ti— Malia extiende su mano en forma de presentación y yo la acepto un poco inseguro, mi chica imita lo que yo hago
—mi padre no lo ha hecho de ti, pero pareces ser una persona muy aceptable— reprimo una sonrisa, ya entiendo por que esta así. Esta celosa. Es igual a su padre— cuéntame de ti, Malia
—nací en Costa Rica pero toda mi vida la he pasado en Malibú—es mi turno de fruncir el ceño— hace dos años que he venido a vivir aquí—explica— tengo 37 años-—y es ahí cuando mi cabeza hace click, hace nueve años cuando fuimos a Malibú, el señor Stone estaba hablando animadamente con una chica de tez morena... por dios, es ella. ¿Llevan 9 años juntos?
—¿eres casada?— pregunta directamente Alaska
—si... yo...—Malia sonríe sin molestarse ante las preguntas de Cherry
—Alaska, de hecho...— interrumpe el señor Stone, sus ojos azules irradian cansancio— estamos casados
Oh. Por. Dios.
La cara de Alaska cambia por completo a una sorprendida, confundida y aturdida.
—nos hemos casado hace cinco meses— Brent sigue— nos casamos en las vegas—sonríe un poco— y llevamos más de ocho años de relación... aunque yo recuerdo haberla conocido en una tienda de por aquí y Malia dice que me conoció en Malibú— la morena se ríe, negando con la cabeza. Yo me rasco la nuca y sonrío como un tonto, como los gemelos cuando hacen una travesura
—¿y porqué nunca me lo has dicho?—dice por fin mi chica, esta dolida— y lo dices así de fácil...
—cariño yo...—suspira— ¿podemos hablar de esto en la casa?—ella lo mira— confía en mi, por favor
-¿no confías en mi?- pregunta, con lágrimas en los ojos. Y. no puedo evitar que verla así no me duela en el alma
—¡por supuesto que si! ¡que cosas dices!— interviene el señor Stone— tengo mis razones por favor...—ruega y se que Alaska le duele que le haya escondido todo esto pero, le gusta más ver a su padre feliz. Lo felicito, se caso en las vegas... como todo un adolescente.
—¿prometes que me lo dirás todo?— se muerde el labio
—lo prometo, hija—sonríe, los ojos azules de Brent viajan a la puerta y puedo ver como la sangre baja de su rostro de golpe. Comienza a temblar— oh por dios...—frunzo el ceño— ¿Eva?
Sigo su mirada y me topo con la madre de mi alma gemela.
Ahora si, Houston tenemos un problema.
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Maldita Realidad #2 (DISPONIBLE EN FÍSICO)
FantasíaCon sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Alaska Stone no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los dí...