Nunca en mi vida había visto una persona tan dura, tan fría... tan siniestra. Adán tiene más maldad en un poro que yo en el cuerpo entero. Sus facciones son tan marcadas que me da miedo que su mandíbula se rompa. El contorno de su cara parece delicada... como si lo hubieran pintado con un pincel. Así de delicado. Su nariz es recta y con un simple lunar minúsculo. Sus labios son delgados en ambas partes, sus cejas son pobladas color rubio oscuro. El cabello es ondulado en varias partes y lo trae ordenado. Parece ser que no le gusta verse mal. Es alto, más aún que sus hijos. El azul de sus ojos no me sorprende pues es de la misma tonalidad que los de Ares y Emily. Eso me hace ver que su madre, tiene los ojos verdes. De un verde extraordinario debo agregar. Pero, a comparación de Celia... este tipo que esta en frente mío derrocha seguridad, maldad, determinación en su mirada. Celia tal vez me destruya con su mirada pero Adán, se muy bien que ya me destruyó con su mera presencia. Sonríe y eso, solo aumenta cuan malvado se ve.
—El gusto es mío, señor Cox— devuelvo profesionalmente el saludo. No se como lo logre, no puedo emitir ninguna palabra me tiembla la voz. Este, asiente y se sienta en frente mío a un lado de sus dos hijos.
—señor Dallas— saluda a Asher que se que lo hace por educación
—¿cómo te ha ido en el trabajo, padre?— pregunta Emily con una sonrisa. El cuerpo bien marcado del señor Cox deja de estar tenso. Parece que las mujeres en la vida de los Cox son muy importantes
—bien, he abierto otra editorial más en Atlanta—sonríe, victorioso y no puedo hacer más que mirarme los dedos mientras escucho—con este paso, podremos expandirnos a México y Canadá—me mira y siento como me atraviesa con su mirada— cuéntanos de ti, señora Stone—su voz se vuelve gruesa cuando dice mi apellido
—tengo 27 años—digo, automáticamente—estudie licenciatura en artes y literatura inglesa— explico
—¿tienes hermanos?— pregunta Selene con una sonrisa en su cara. Le intereso
—tenía una hermana llamada Grecia... murió hace casi 10 años— nadie parece sorprenderse y eso me impresiona. Pero Selene sigue hablando
—¿algún otro pariente?— pregunta, muy interesada
—tengo dos sobrinos gemelos, Ocean y Sean—me muerdo el labio—son mi adoración
—quisiera tener hijos—opina Selene y Ares parece atragantarse con su propia saliva. Me muerdo mi mejilla para no reírme de esta situación, al chico que tengo en frente mío no lo veo en faceta de padre. Ni siquiera veo que tenga una faceta amable y cariñosa para criar a un bebé. Aunque, no lo culpo... yo tampoco lo estaba cuando los gemelos nacieron. Cosas de la vida.
Siento la mirada intensa de Adán y cuando lo volteo a ver, lo confirmo. Quiero demostrarle que puedo sostenerle la mirada... y lo intento. Sus ojos azules me penetran de una manera destructiva como si estuviera tratando de ver más haya de mi, en mi alma. Algunas personas llegan a tu vida y les cuesta años conocerte, conocer tu alma de una manera completa. Y, hay personas que con una sola mirada saben todo sobre ti, hasta lo que tú no sabes. Adán es esa persona, se que sabe más sobre mi, puede ver más allá. Me asusta. El, cuando menos lo pienso sonríe, ha conseguido algo y detesto no saber que es.
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Maldita Realidad #2 (DISPONIBLE EN FÍSICO)
FantasyCon sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Alaska Stone no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los dí...