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-Entonces SiCheng.. -me paro en plena habladuría.

-Por favor, dime WinWin, pocos logran hacer que mi nombre sea cómodo y perdóname pero no quiero escucharlo ahora -lo dijo mirando al suelo, estaba algo dolido.

-Lo siento. -pensé un momento- WinWin, me gustaría que me cuentes que pasó con EunWoo.

-Ella siempre tuvo problemas psicológicos, desde que nació, cuando era pequeña me dijo que hacía cosas que para ella eran normales pero para los doctores no. Supe por ella misma lo que pasó el día del "accidente" así lo llamaba ella. EunWoo era siempre amable, social, carismática y aún que tenía amigos siempre que estaba sola su segunda persona aparecía, la maltrataba, su transtorno de segundas personalidad nació a partir de una supuesta amiga imaginaria, como todos los niños pequeños, o su mayoría, pero como ella ya tenía problemas en su cabeza nunca logro superar a esa amiga tanto que se volvió "real". El día en el que tuvieron que internarla en el psiquiátrico ella se transformó completamente en esa personalidad maligna... Y.. casi asesina sin piedad a sus padres. Yo la conocí poco después, pasé por su habitación después de aburrirme en la mía, la cual estaba a un lado de la suya, vi que estaba ahí con su largo y negro cabello, tan blanca y con mejillas rosadas, tierna con su cara de enojo. Sin más pasé la miré, no sabía como hablarle bien, además tenía mi boca lastimada por el accidente que sufrí. En un tiempo ambos nos hicimos amigos pero lo que no sabía era que se iba a aferrar a mi, no voy a mentir ella era linda y me gustaba, pero llegó aquella chica después, esa que me arrastraba a todos lados, era más grande que yo y no tenía la fuerza suficiente para huir. Seguro ya saben como terminó todo. -suspiro.

¡Bang! Información de otra boca más.

-Muchas gracias, WinWin.

Nos fuimos. Si no pensaba en lo que pasó entre nosotros, caminar con Jaemin no era tan malo.
¿Quién eres tú? Mejor dicho, ¿Quién eres tú para entrar a mi vida de tal manera, idiota?
Tanto me costaba aceptar que lo quería.. que siento más que eso hacía él, que eso era poco para describir lo que sentía por aquel chico sonriente de miraba fija.
Pero después de todo tengo un lío en la mente, hay 2 personas más involucradas en el enredo amoroso.

Otra vez, fui a la casa de EunWoo, ella estaba en casa, estaba deprimida, por primera vez en la vida no escucho su felicidad al verme, no se ha colgado de mi cuello para abrazarme fuerte sonriendo como pequeña entrando a un parque lleno de juegos geniales.
Eun estaba mirando la pared al otro lado de su cama, estaba sentada ahí observando la rosada pared minada de cosas coloridas. Su habitación parecía un desastre, como si un huracán hubiera hecho varios destrozos aquí. Su cabello negro revuelto, sin maquillaje y su ropa no era esa tan bonita y llamativa tan típica de aquella chica que ahora estaba deprimida en un gran y alto nivel.
Le tomé la mano y la levanté, caminé con ella así hasta su guardarropa y tomé lo que sería un conjunto muy lindo, se lo extendí y arrastrando los pies fue a cambiarse.
Cuando salió suspiró, también yo pero de cansancio, no podía verla así. Otra vez jalando su mano la saqué de la casa, caminamos unas calles para encontrar el parque cercano, aquel que yo había visitado el otro día.
Estaba un poco mejor, ella quizás sonreía, mirando los niños jugar. Nos sentamos en los columpios vacíos una al lado de la otra, ella cabizbaja volvió a suspirar.

-Si sigues suspirando se te va a salir el pulmón.

Dije eso a lo que ella soltó una pequeña carcajada. No pensé que de reiría tanto ya que lo dije sería, pero bueno, terminé riendo yo también.

-¿Para que vinimos? -dijo al terminar de reír.

-Porque es más bonito estar afuera los días soleados, además ya terminaran estos días, ya sabes el frío.

Quererte es poco | Na Jaemin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora