3.-Despedidas y Bienvenidas.

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-Me voy a Chicago. En una semana...-suelto.

-¿Qué? ¿cómo? ¡Pero si en diez días es Año Nuevo! -Grace me dice en un grito causando que todas las miradas se posaran en nosotras. Estábamos sentadas en una mesa dentro de un pequeño café.

-Exacto -se queda callada, así que continúo-. Grace, yo no soy feliz desde hace un tiempo...dos años, para ser exacta, y creo que muy en el fondo tú lo sabes. Quiero empezar desde cero. Ser feliz, ¿me entiendes? Últimamente me despierto, me aseo, me cambio, voy al trabajo, regreso a mi casa, tomo una ducha y me voy a dormir. Esa ha sido mi rutina por los pasados meses desde lo que pasó con ese hombre...-siento un escalofrío recorrer mi cuerpo con el recuerdo- gracias a lo que pasó me di cuenta de que quiero ser feliz, y estando aquí no puedo serlo. Y significaría mucho para mí tener tu apoyo en esto.

Grace se queda callada, mirando un punto fijo de la mesa, esperando a que siga:

-He estado ahorrando todo el dinero que puedo para salir de este pequeño infierno. He conseguido otro trabajo y no he gastado un cinco. Reuní bastante dinero como para irme de aquí.

Grace decide alzar la vista y mirarme, con los ojos llenos de lágrimas y me dice-: ¿Me llamarás todos los días? -no me di cuenta que dejé de respirar hasta cuando mi prima habló y yo suspiré con alivio. Tengo su apoyo.

Suelto una risa mezclada con llanto.

-Por supuesto que sí, boba. -respondo limpiándome una lágrima rebelde.

-¿Ya le dijiste a Scotty?

-Aún no...-siento un nudo en la garganta. Despedirme de Scotty, en definitiva, será la parte más difícil-...pero le diré pronto. -Ella asiente en respuesta.

-¿En dónde vivirás? ¿Ya tienes todo?

-Encontré un anuncio en internet donde una chica está buscando compañera de piso para compartir gastos. Hemos intercambiado números y he estado hablando con ella. Me cae bien, es una linda persona; el departamento no es muy grande pero es suficiente para ambas, además que está localizada en un lugar hermoso y se ve tranquilo. Me dice que en otoño los árboles dejan caer sus hojas y las calles se llenan de ellas, ¿no es maravilloso? -sigo hablándole del lugar a Grace y ella escucha detalladamente todo lo que tengo que decir, mientras tomamos un chocolate caliente, ya que el invierno está aquí.

Al terminar nuestros chocolates, decidimos que es hora de irnos. Vamos caminando por la banqueta, en un silencio cómodo. Grace todavía está asimilando la noticia que le solté de la nada, yo estaría del mismo modo, pero entonces decide romper el silencio entre nosotras.

-¿Sabes? Al fin tu vida dará un cambio. Un cambio para bien...

-Eso espero, Grace, eso espero.

***

-¡Date prisa!

-¡Ya voy, ya voy! -tomo mis maletas y bajo las escaleras con prisa. La semana se fue en un segundo y no la pude haber disfrutado más. Aprovecho que la casa está sola para no tener que darle explicaciones a mi familia del porqué me voy. Los únicos que lo saben son Grace y Scotty, pero el último no había dicho nada. Aún.

Recuerdo cuando le di la noticia a mi hermano. No se lo tomó nada bien y se enojó mucho, después me rogó para que me quedara, pero al final entendió. Todavía sigue empeñado en que me quede, pero yo no puedo hacer eso. Lo único que me retenía en esta ciudad eran ellos dos, pero si eso me costaba mi felicidad, tenía que dejarlos ir...sonara egoísta o no. Toda mi vida siempre he pensado en los demás y creo que ha llegado el momento en que por primera vez pensara en mí.

Volvería a verlos, no sé cuándo, pero lo haría, aparte de que estaría en constante comunicación. No sería tan malo, ¿verdad?

Ya estando en el aeropuerto, siento un remolino de emociones al ver a las únicas dos personas más importantes en mi vida parados frente a mí, con los ojos tristes y humedecidos.

Hasta que la última rosa marchite | Corazones Rotos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora