5.- Sr. Charlie.

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Corey posa sus manos en mi espalda y mueve sus labios al ritmo de los míos. No sé de dónde saqué el coraje de hacerlo, de besarlo. Solo lo conozco por un día, ¡un maldito día! Nadie en su sano juicio lo haría, o al menos yo no...pero heme aquí.

Creo que la emoción se apoderó tanto de mí al grado de no pensar lo que hacía. Solo lo hice y ya está.

Cuando caigo en cuenta de lo que estoy haciendo, me separo de él rápidamente. Nos quedamos viendo unos segundos antes de partir en risas por lo sucedido.

-Vamos empezando bien el año -me dice en forma de broma, tallándose la boca. Ay, Dios mío, sálvame de esta.

Yo creo que en realidad él tuvo compasión de mí porque segundos después llega Summer junto a un pequeño grupo junto con ella; dos hombres y una mujer que al ver a Corey, todos comienzan a darle un abrazo, para después, la rubia venir a mí y darme uno también.

-¡Feliz año nuevo, Soli! -chilla emocionada y da pequeños saltitos haciéndome darlos con ella. Le digo lo mismo y cuando nos separamos, se queda viendo una particular parte de mi rostro: mis labios- ¿Acaso tú y él.....? -no termina la frase porque le tapo la boca con disimulo y la arrastro a un lugar donde estemos solas-. Tienes el labial un poco corrido, Soli -apunta sus propios labios para hacer énfasis a lo que dice mientras se burla de mí. Rápidamente llevo mi mano a mi boca y me limpio.

-¡Shhh! No quiero ningún comentario sobre esto.

-¡No-puede-ser! -me grita en un susurro mientras abre los ojos como platos- ¡Pero apenas y lo conoces! Yo solo estaba bromeando pero me lo acabas de confirmar.

Mierda. Cierro mis ojos y suspiro.

-Lo sé, lo sé, pero estuve tan emocionada que lo hice sin pensar...es que vamos, ¡la emoción de año nuevo me ganó y lo besé! ¿Acaso me dirás que tú no besaste a nadie?

-Touché -dice, pero al parecer se da cuenta de algo que dije-. Espera, ¿tú lo besaste? -se sorprende aún más. Asiento apenada- Oh por Dios...-ahora que entiende lo que ha pasado se emociona y vuelve a dar pequeños saltos-. ¿Y cómo estuvo? -me da una sonrisa pícara.

-No pienso discutir eso contigo.

-Pero....-la interrumpo.

-Que no. He dicho.

***

Son las tres de la tarde y hace una hora y media que hablo por el teléfono con mi prima Grace. Voy caminando sin rumbo por la larga calle que da a mi casa. El clima es fresco y agradable; me gusta bastante.

Le pregunto a Grace por mi familia, queriendo saber cómo se encuentran todos, si han preguntado por mí, y aunque no creo que lo hagan, quiero saber si me echan de menos. Es de locos pensar siquiera que ellos puedan extrañarme, pero qué puedo decir...a pesar de todo son mi familia y los quiero. Mi prima solo se queda callada cuando le hago esas preguntas y el mismo silencio me dio la respuesta que yo esperaba no tener. A veces quisiera poder bloquear todos mis sentimientos para así no sentir nada, o al menos no dolor, ser inmune a ese sentimiento. ¿Acaso eso era posible? No estaba muy segura, pero soñar era gratis. Al ver que mi familia está disfrutando mi ausencia, es cuando pregunto por Scotty y evitar el pensamiento de eso, de ellos, porque lastimaba. Ella me dice que ha estado un poco triste desde mi venida a Chicago y que me extraña mucho.

-Ay, cómo los extraño...-me siento en la banqueta mientras sostengo el teléfono contra mi oído.

-Nosotros a ti, y solo han pasado tres días, ¿qué haré sin ti? -escucho como suspira a través del teléfono.

Hasta que la última rosa marchite | Corazones Rotos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora