El corazón se me estruja al escuchar las palabras salir de su boca, como si él mismo lo estuviera apretando, y me aterra. Me suelto de su agarre.
Desvío mi mirada de la suya y empiezo a respirar con dificultad. La vista se me nubla y siento mis pulmones cerrarse. No me esperé sus palabras en absoluto. Poso mi palma derecha en mi pecho, tratando de calmar mi respirar, dejando mi brazo izquierdo descansando sobre la sábana.
La cabeza me da vueltas, y me siento frustrada. Pienso en todo y nada a la vez, pero nunca en algo claro.
¿Por qué dice cosas así? ¿Qué es lo que pretende aparte de lo ya dicho? ¿Acaso en realidad lo dice con sinceridad? ¿Puedo confiarle mi corazón? ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no puedo respirar?
Entre todas las preguntas que me hago a mi misma en esos momentos, todo se detiene por un momento, cuando siento cómo toma mi mano. Lo miro con la vista aún un poco borrosa, y veo cómo él tiene una expresión preocupada en su lindo rostro. Intento abrir mi boca para expresar algo, pero mi mente no conecta con ésta.
Respiro profundamente y aparto mi mano de la suya, una vez más. Sentí cómo la dejó ir cuando la sacudí varias veces, él no queriendo hacerlo pero viéndose obligado a hacerlo, sosteniendo su agarre en mis llemas un segundo más, al final rindiéndose. Me siento en mi lugar y paso mis manos por mi cabello, alborotándolo en el proceso. Corey hace lo mismo. Intenta alcanzar mi barbilla con la punta de sus dedos, pero me volteo hacia otro lado, dándole a entender que no quería su toque sobre mi piel.
Ahora era dolor el que se cernía sobre sus facciones. Admito que me dolió verlo así, saber que yo era la causante de su sufrimiento en aquel preciso segundo. Se me olvidó todo lo demás; la noche estrellada, el silencio cómodo, sus dedos enredados con los míos, pero sobre todo, se me había olvidado lo más importante de aquella noche: nuestros deseos...mí deseo.
Al parecer mi cerebro bloqueó todo lo demás, y solo actuaba por instinto, como siempre lo hacía cuando sentía que ya había dejado caer mis muros lo suficiente como para que alguien pudiera atravesarlos, justo como él. Pero muy en el fondo sabía que yo no los había derrumbado, sino que él solo se había abierto paso por algo que creí que era impenetrable, derrumbándolos por mí.
Me levanto y empiezo a caminar de un lado a otro, sumida por completo en mis pensamientos. No sé cuánto tiempo pasa para por fin conseguir un poco de calma y respirar con profundidad. Corey también está parado, viéndome fijamente, con la misma expresión de antes, solo que ahora todo se concentraba en sus ojos azules.
—¿Qué sucede, cariño? —inquiere dando unos pasos, acercándose, con su brazo derecho extendido, pero por segunda vez, rehúyo su toque.
Y ahí fue cuando exploté.
—¡No me digas así! Por favor —le supliqué con la mirada, pero ahora fui yo la que me acerqué. Él se sorprendió ante mi reacción tan repentina, pero no se movió un centímetro. Se quedó esperando a que yo fuera a él, y así lo hice—. Todo iba tan bien, ¿sabes? Pero vienes conmigo, haciendo cosas que no entiendo para nada el motivo detrás de ellas y diciendo todas éstas cosas que yo no estoy acostumbrada a escuchar. No puedo hacer esto, no así, no ahora —confieso con derrota, con la voz quebrada—. Por favor, te lo pido. No me persigas toda tu vida. Déjame en paz.
Y con eso, dejándolo con los ojos llenos de sentir, me doy media vuelta, respiro hondo y comienzo a alejarme, pero su voz me detiene.
—¿¡Y qué hay de mí?! —Espeta, frustrado— ¿Qué pasa si yo no te quiero dejar ir? ¿Simplemente te irás, así, sin más, si yo no acepto? —aumenta el tono de su voz. Sus ojos brillan— ¿Es que acaso no has visto todo lo que he hecho por ti? Justo cuando creí que estaba llegando a un lugar contigo, cuando pensé que habría una posibilidad para lo nuestro, cortas mis alas con tus filosas palabras. —la voz se le corta y se acerca a mí, ahora yo manteniéndome en mi lugar sin moverme en absoluto y mirándolo con los ojos llenos de lágrimas.
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Hasta que la última rosa marchite | Corazones Rotos 1
RomancePrimer libro de la trilogía: Corazones rotos. ***** Huyendo de su pasado, una chica fuerte y decidida, buscando nuevas oportunidades se muda a Chicago, en donde una tormenta desastrosa cargada de sentimientos encontrados la llenará. Una tormenta her...